Los inicios.
Los hermanos García, Ramonet y Sergio, han cumplimentado por fin la inscripción en la ultra maratón de montaña, 85 kilómetros entre cerros, sendas y barrancos, con salida y meta en Finestrat. El día es soleado, uno de esos días tórridos de verano. Sergio le dice a Ramonet: “Que sepas que esta es mi primera Ultra”. Y entonces, una nube negra, como surgida de la nada, les hace sombra. Y Sergio, indiferente a los presagios piensa: “Ché, qué bueno, se agradece un poco de fresquito”.
Sergio no tiene mucha experiencia en esta modalidad, o ninguna si vamos a ser sinceros, pero le puede la ilusión de correr con Ramonet. Su hermano le lleva tiempo animando para que participe. “Qué te puede pasar, ¿eh?, qué te puede pasar”. Ramonet ya está curtido en este tipo de pruebas, por lo que Sergio confía en que será un buen compañero de viaje. Y además, le hace mucha ilusión acabar junto a su hermano esta prueba. Supone que comparten la misma ilusión que los hermanos Rato (Nacho y Borja), que también van a correr juntos.
A primeros de julio, Sergio había hablado con su primo Juanma, quien le dio buenos consejos sobre cómo afrontar esta prueba, y decidió inscribirse. Motivación al máximo y durante cuatro meses se preparan a fondo para este desafío. Además, la carrera tenía el atractivo de atravesar las montañas más emblemáticas de la provincia.
La carrera
El día señalado llegó al fin, y la pareja de hermanos queda a las 5:30 de la mañana en el punto de encuentro con el resto del grupo, para dirigirse a Finestrat. Los ánimos estaban por todo lo alto. “¿Qué son 85 kilómetros?, ¡uno más que 84!”. Un día antes, el Presi les había informado de que eran el club con más representación en este desafío, con 15 corredores entre la prueba de 40 km y la de 85 km. Henchidos de orgullo recogen los dorsales y la bolsa del corredor.
Con las prisas y apretones de última hora, los dos hermanos se pierden la foto oficial de grupo y llegan justo a tiempo para salir. Eufóricos todos, se desean unos a otros mucha suerte.
El día amaneció nublado y, según los partes meteorológicos, con posibilidad de algunos chubascos.
En la parte inicial se dirigen hacia Sierra Cortina en la primera subida de la carrera, bastante asequible, y ascienden por su cara oeste. Coinciden con Pirri en la ascensión y charlan sobre los retos futuros. Pirri tiene en mente participar el próximo año en la CCC del Mont Blanc, de 100 km: “Bonito reto”. Una vez arriba, se divisa la panorámica de la costa de Benidorm, flanqueada por Sierra Helada y las bonitas vistas de la comarca de L’Alacanti y de la Marina Baixa.
Después de crestear, descienden para salir a una zona de chalets, donde se encuentran con Juanma, su Capitán. El día anterior les había puesto a todos al corriente de los cambios que la organización había realizado por indicaciones de Medio Ambiente, por lo que en su mente ya tenían una “foto” de cómo había quedado el trazado definitivo de la carrera.
Encaran la subida al Puig por una zona boscosa, dejando a la derecha el desvío que iba a la casa del Tío Ferré y a la Font de la Solsida para dirigirse hacia el primer avituallamiento, más arriba de la Font del Molí, que toman de forma rápida para comenzar a subir el Puig por el barranco de Marietas. El Puig, con una altitud de 1.406 m, es una de las montañas más emblemáticas de la provincia, con su famosa brecha de Roldán. Durante la subida asoman los primeros pero breves rayos de sol.
En la parte intermedia de la ascensión los hermanos García, van acompañados por Antoñito, que se desgañitó poniendo orden al grupo de corredores que formaban, y que no paraban de sacar cuentas de cuánto desnivel les quedaba, horas aproximadas… “Calladitos estáis más guapos”, les abroncó amigablemente Antoñito. “Esos cálculos se sacan cuando queda poco para terminar”. A las diez de la mañana son rebasados por los primeros corredores de la prueba de 40 km, que salieron a las ocho, y en la que participaba nuestro compañero Alejandro.
Poco antes de llegar a lo más alto, Antoñito decidió que ya estaba bien de “pasear” y los García lo pierden de vista en un plis, plas. Sin amilanarse, coronan el Puig Campana y descienden hacia el Portell. Durante la bajada se oyen algunas quejas y recriminaciones dirigidas a varios corredores que marchaban por fuera de la senda, utilizando el canchal para descender más rápido.
Arriban por fin al segundo avituallamiento en el Coll de Pouet en el km 20,7 de carrera. Allí coinciden de nuevo con Antoñito y con David, por poco tiempo, porque presto retoman la marcha.
Ramonet y Sergio reponen fuerzas y se adentran en la senda que se dirige a lo alto del Ponoig. El tiempo se encabezonó y empezó a lloviznar. Al poco, el suelo y las rocas quedan mojados y resbaladizas. Un pensamiento recorrió la mente de estos hermanos, “la organización se ha equivocado al utilizar la misma senda para la subida y la bajada” porque a su juicio esto provoca un cierto caos. Durante la subida se tropiezan con Nacho, Borja, Antoñito y David, quienes sabiamente les advierten del peligro. En estas, coronan la cima del Ponoig. Se divisa el Caball entre un precioso arco iris y sienten un gran alivio, porque la organización finalmente había decidió suprimir este tramo. Ya en la bajada se cruzan con el resto del grupo, Juanma, José Pablo, Pirri, Jesús Santana y Gosa. Ver sanos y salvos a la mayor parte del grupo les tranquiliza. Al fin llegan al Collado del Llamp y el cansancio no les impide admirar las hermosas vistas de la Sierra de Els Castellets. Atraviesan por el Mas de la Carrasca e inician un bonito descenso. A su derecha queda Polop y Callosa d’en Sarrià. Es una ruta bien conocida por nuestro grupo, con abundante vegetación, principalmente zarzamoras y juncos.
Alcanzan a cinco o seis corredores, pidiendoles paso, llevándose una grata sorpresa: David capitaneaba este grupo. Junto a él se dirigen hacia el Pas del Contador, donde estaba situado el tercer avituallamiento. Un aficionado les recibe con un cencerro y de forma jocosa le dicen: “Que estás, ¿contando los ‘borregos’ que llegan a este paso?”, tal y como antiguamente allí se hacía. El viento, el frío y la ligera llovizna arrecia por lo que reponen líquidos y alimentos con rapidez e inician el descenso por la pista de la cabecera del barranco de l’Arc.
Tras varios kilómetros de bajada cogen una senda de subida, desconocida para ellos, y que la organización añadió en los cambios de última hora para seguir manteniendo el desnivel de la prueba. La subida, con cierta dureza, les allega a una loma y desde allí se dirigen al puesto de avituallamiento de la Font de Partagat que se encuentra situado el km 41 de carrera.
David estaba expectante, ya que su familia le aguardaba en ese punto. Ramonet y Sergio, unos metros por delante, se encuentran con Pepe Gil, el padre de David, que les recibe con alegría. A unos metros de distancia se hallaba el resto de su familia con el pequeñín a la cabeza, que ya apunta maneras de corredor. Llegando al avituallamiento Ramonet y Sergio ven a lo lejos a Nacho y Borja, la otra pareja de hermanos, y, ambas, se intercambian palabras de ánimo de forma efusiva. Una vez arriban a Partagat también les recibe con gran alegría Manolo, el padre de los Rato. Toman algo de pasta, Aneto calentito y algún bocata, y una vez los estómagos saciados y repuestos los líquidos, parten con dirección a Aitana.
David alcanza rápidamente a la pareja inseparable de hermanos, debido al “subidón” de moral que le sobrevino tras el encuentro con su familia. Se encuentran en el meridiano de la prueba y los tres se notan con buenas sensaciones para afrontar la segunda parte de la carrera. Ramonet alenta al resto del grupo al tiempo que les imparte una clase magistral sobre cómo afrontar las ultras. “Hay que poner en práctica la regla de las tres ‘R’: Regular, Reservar y Resistir”.
Enseguida se empina el recorrido y tras pasar por la Font del Noguer y la Font de Forata, ascienden hacia la cumbre por una zona de pinar muy bonita. Su tramo final se les hace bastante duro. Tras coronar la cumbre más alta de la provincia de Alicante (1.558m) los tres se felicitan y abrazan, ya que por fin habían superado gran parte del desnivel positivo de la prueba. Van cresteando por toda la sierra pasando por las famosas simas de Partagat, comenzando el descenso que les conduciría a la cabecera del Barranc de Tagarina. Sergio aprieta en la bajada y el trío se distancia un poco entre sí, para volver a reagruparse en la pista que los acercaría al cuarto avituallamiento en la Font de l’Alemany. Tras una ligera ascensión al alto de Sella, se ponen a tiro de realizar el temido descenso.
La bajada ya era conocida por la mayoría de integrantes del grupo, tras la salida nocturna que realizaron a finales del verano, pero David no pudo entonces completar este tramo, por lo que sus compañeros le advirtieron a lo que se enfrentaba. Se lo toman con calma los tres y deciden bajar con mucha precaución, aun así, lógicamente, llegan con las piernas tocadas a Sella.
Son pasadas las 17:30 y, al llegar al pueblo, se cambian la ropa mojada y se toman algo más de tiempo en alimentarse bien para afrontar los últimos 30 km. Allí estaban de nuevo la familia de David y la mujer de Josemi, Rosa, que les atiende muy amablemente, reponiéndoles líquidos y dándoles bocatas. Les informa de que su chico iba muy bien y ya había pasado hacía más de una hora. “Está hecho un toro”.
Ramonet apremia a los demás a salir. “Hay que hacer caso al jefe”. Sergio, con el bocadillo en la boca, corre tras ellos. Tras dejar Sella y después de recorrer un tramo asfaltado, empieza a caer la noche y deciden colocarse los frontales y la luz trasera de posición. Comienza un tramo por pista bastante monótono. Aun así Ramonet está pletórico y hace lo imposible para que el resto no baje el ritmo. Para ello se pone a contar sus memorables batallitas en carreras de montaña (Mijta Lluna, Aneto, Moratalla, etc.). Insistía en la regla de las tres “R”, pero en los demás ya no tenía el mismo efecto. Rondaba el km 65 cuando David dijo que estaba poniendo en práctica una cuarta “R”, la del Reventón.
Coincidien con dos jóvenes corredores de Lleida que previamente se habían encontrado con Nacho y Borja. Entre risas y bromas, llegan al avituallamiento del Coll de Sacarest, a 17,5 km de meta. Ya veían más cerca el final y, aunque con las fuerzas muy justas, afrontan con ilusión esta última parte del recorrido.
Cogen una senda de bajada pronunciada que les conduce a la carretera que va de Finestrat a Orcheta y que alguno de ellos hubiera aprovechado para atajar e irse dirección a la meta de Finestrat. Tramo de asfalto de unos 5 km que se les hace bastante aburrido hasta llegar al último avituallamiento, previo a la subida a la Sierra de Orcheta. Se toman el último gel y, con decisión, se disponen a superar esta última dificultad.
Se adentran por un camino que los dirige a los pies de la Sierra, y toman una senda de bajada pronunciada bordeando un barranco, a cuyo fin quedan al pie del ascenso. Comienzan a subir en zig zag, con Ramonet tirando en fila india de un grupo de seis o siete corredores. A mitad de subida, un despiste hizo que Ramonet se saliera unos metros de la senda marcada. David iba un poco por delante y Sergio, ya muy tocado, se queda junto a su hermano, que le ayuda en este tramo final de subida. Coinciden con Raimundo que les da recuerdos para Juanma y Jesús. Les comenta que tampoco va fino: “Ha estado vomitando varias veces durante la carrera y está deseando llegar”. Raimundo les deja boquiabiertos cuando les cuenta la cantidad de carreras que llevaba este año (más de 1.000 km). El tramo final se hace muy duro y por fin llegan a la cima donde el viento arrecia de lo lindo. Con los cuádriceps y gemelos ya muy machacados, comienzan el descenso, también con importante desnivel y dureza.
Los hermanos García contactan de nuevo con David y juntos los tres, se dirigen pletóricos hacia la meta cuando vislumbran Finestrat a tiro de mata.
El final
Tras una incursión por un pequeño barranco marchan por la carretera que los conduce directamente al pueblo. En la subida se abrazan con Nacho, Borja y Antoñito, que ya se disponían a regresar a casa. Un poco más arriba le esperan a Sergio sus tres hijos, mujer y amigos. Emocionados, David, Ramonet y Sergio se dan las manos para entrar en la meta juntos y celebrar la gesta conseguida. Ya en meta saludan efusivamente a “Cayu”.
85 kilómetros en las piernas. “¿Cuándo es la próxima?” De nuevo, el contador a cero.
Ramonet y Sergio.
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Y así lo cuentan Nacho y Borja en memorias garcia rato
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Enlaces sobre esta prueba
85K y 11000 metros de desnivel acumulado
Nombre |
Categoría |
Tiempo |
Puesto General |
Puesto Categoría |
Josemi |
VETERANO |
14:19:35 |
70 |
18 |
Nacho |
ABS-M |
15:49:02 |
125 |
|
Antonio |
MASTER-M |
15:49:02 |
126 |
6 |
Borja |
ABS-M |
15:49:03 |
127 |
|
David G. |
ABS-M |
16:24:14 |
150 |
|
Sergio Gª |
VETERANO |
16:24:14 |
151 |
48 |
Ramonet |
VETERANO |
16:24:15 |
152 |
49 |
Juanma |
MASTER-M |
17:20:57 |
185 |
9 |
José Pablo |
VETERANO |
17:20:58 |
186 |
61 |
Ángel |
ABS-M |
18:45:54 |
212 |
|
Jesús S. |
ABS-M |
19:40:39 |
231 |
|
Gosa |
VETERANO |
19:40:43 |
232 |
81 |
40K y 5.500 metros desnivel acumulado
Nombre |
Categoría |
Tiempo |
Puesto General |
Puesto Categoría |
Alejandro A. |
ABS-M |
6:54:56 |
123 |
|
Santi Pa |
ABS-M |
7:33:57 |
177 |
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