Travesía Calpe-Confrides (5-Agosto-2020)

Me gustaría compartir con vosotros esta formidable ruta que discurre por las bonitas sierras de Oltà, Bernia, Aixortà y la Serrella. La distancia total del recorrido es de 56 kms aproximadamente, con un desnivel positivo 3.600 m.

El precursor de esta travesía es nuestro amigo Josemi. El año pasado tuve la oportunidad de poder realizarla junto a él, con la compañía de Borja y Chicho, quedándonos maravillados del recorrido, así como de la dureza y tecnicidad de algunos de sus tramos, por lo que este segundo año y viendo que va camino de convertirse en una clásica del grupo ya tocaba plasmarla en una crónica.

De nuevo Josemi, Borja y un servidor nos animábamos a volver a realizarla, pero dadas las fechas en las que nos encontramos, en esta ocasión decidimos iniciar la ruta a las 18:30 de la tarde y así evitar el calor sofocante del día.

Comenzamos el itinerario en Calpe, al pie de la estación del TRAM, situada en las faldas de la sierra de Oltà. De hecho, nuestra intención era coger el tren desde Alicante, pero a última hora el bueno de Cristian se ofrece a llevarnos en su coche y de paso darnos el pistoletazo de salida. Tras las fotos de rigor, tomamos rumbo por una pista que nos conduce hacia el Pas de la Canal, continuando a la izquierda por un sendero estrecho y empinado que da acceso a lo alto de la sierra. La cima no tiene vértice como tal, pero en su lugar hay un poste con un buzón. En realidad, la parte alta de la sierra es una extensa meseta de roca lapiaz. A nuestras espaldas queda una bonita vista del Peñón de Ifach y delante aparece la magnífica crestería de la sierra de Bernia, hacia donde nos dirigimos. La temperatura es perfecta y tenemos la gran suerte de que el cielo está algo nublado, lo que lo hace ideal para el trote que llevamos. Cogemos un sendero de bajada muy entretenido, dando pequeños saltos entre esta roca tan característica y llamativa, pero con cuidado por conservar los huesos sanos. Llegamos al Barranc del Estret, tras pasar por debajo de la AP-7, para comenzar una dura subida por una senda rota y apenas marcada por algún solitario hito y donde hay cantidad de palmitos que crecen de forma espontánea de entre las rocas. Conforme vamos ascendiendo nos vamos quedando impresionados con las vistas, ya que una cascada de nubes se cierne sobre las crestas de la sierra de Bernia. Tras una parada obligada para inmortalizar el momento nos dirigimos hacia la Font de Bernia, primero de los dos puntos de la travesía en donde repostar agua y comer algo de fruta antes de comenzar la ascensión al Bernia. Salimos de la fuente sobre las 21:15 h y cogemos una pequeña senda ascendente que no conocemos, pero que intuimos nos situará en la pedrera que sube al collado del Portixol por un punto medio de la sierra que te permite llegar al cordal que recorre la cima. Esta vez evitamos desviarnos por el famoso Forat del Bernia. Vamos bien, sacamos los frontales ya que la senda está desdibujada y la noche va cayendo. Comenzamos este tramo que es uno de los más complicados hasta llegar al collado, con trepadas, pasos con cuerda y donde hay que prestar atención. Una vez llegamos al collado cogemos la subida por la chimenea del Portixol, una pared vertical que la mayor parte del grupo Ñ conoce bien, paso obligado en la Perimetral de Benissa. Al llegar arriba contemplamos maravillados los colores crepusculares del cielo y justo detrás de nosotros emerge una luna rojiza saliendo del mar, todo un espectáculo para nuestros ojos. Borja nos da algunas clases de astronomía sobre constelaciones y estrellas. Estos son los momentos en los que a uno le invade una sensación de paz interior y bienestar difícil de describir, pero que os puedo asegurar ayudan a descargar la mochila de preocupaciones. Tras un sube y baja por la cresta llegamos a la ansiada cumbre del Bernia. Desde allí comenzamos un rápido descenso atravesando las ruinas del Fuerte del Bernia en dirección al Pas dels Bandolers, un angosto paso que recorre el profundo Barranc del Curt. Os recomiendo conocer este bonito enclave situado entre la sierra de Ferrer y la sierra de Bernia. Nos adentramos a él bajando por una torrentera pedregosa y muy escarpada, guiados en todo momento por Josemi, que conoce bien el acceso y es una garantía para no perderse. En pleno barranco no corre un pelo de aire y la humedad y el calor se hacen notar. Disfrutamos como niños bajando por el Pas dels Bandolers, con algún que otro culazo incluido. Llegamos a la zona del rio que está seco, pero la vegetación está exuberante y hay tal cantidad de matorrales que la propia pista está casi intransitable, consecuencia de los tres meses que hemos estado confinados y que además de no recibir visitas, también ha llovido mucho. Dejamos el cauce del rio y enseguida cogemos un tramo de carretera que nos conduce a Bolulla, segundo punto de agua y en donde teníamos pensado cenar. Echamos de menos unas cervezas para acompañar los bocatas, pero ya sabíamos que el único bar del pueblo estaba cerrado. Es la 01:30 de la noche y llevamos recorridos unos 30 kms en 7 horas. Esta primera parte de la ruta es realmente exigente, así que devoramos los bocatas con ganas y descansamos unos minutos antes de emprender la marcha. No podemos relajarnos ni bajar el ritmo ya que nuestro transporte para Alicante sale a las 8 de la mañana desde Confrides, gracias a un amigo de Josemi que nos lleva.

Así que, como si de una prueba de ultra-trail se tratara salimos decididos de Bolulla en dirección a la sierra de la Aixortà. Al abandonar el pueblo un pequeño despiste nos saca de la ruta y hace que tengamos que desviarnos monte a través hasta encontrar de nuevo el camino. Se trata del sendero de pequeño recorrido (PR-CV 150), que nos lleva hacia el Barranc Negre. A partir de este tramo comienza un verdadero suplicio para nuestras piernas ya que la senda está muy cerrada e invadida de aliagas y zarzas. Con las patas al rojo vivo, cogemos una pista que pasa por el aérea recreativa “Font dels Teixos”. Vamos muy justos de tiempo así que decidimos desestimar hacer la ascensión a la de Penya Alta de la Aixortà y continuamos en dirección hacia el Barranc de la Canal. Durante la subida por la canal recordamos el fabuloso baño que nos dimos el pasado año en esta zona, al formarse un arroyo de agua debido a las abundantes lluvias de la primavera. Subimos toda la canal a un ritmo increíble y una vez llegamos al collado cogemos la senda ascendente que nos conduce al vértice geodésico de la Mallada de Llop. Comienza a amanecer y el tiempo apremia así que guardamos frontales y Josemi propone no continuar por el cordal de la sierra y coger un atajo que va por un sendero por la parte de la solana del Morro Regall. Como suele pasar en estos casos y como colofón, el atajo se convierte un periplo, teniendo que escorar por pedreras y canchales donde se nos clavan los pies, hasta que Josemi consigue sacarnos del atolladero. Son casi las 7 de la mañana y nos toca poner la directa hacia Confrides, así que toca darle a la zapatilla si no queremos perder nuestro transporte y como si de un sprint trail se tratara llegamos a casa de Josemi tras 13 horas de aventura. Allí nos estaba esperando Lola, la madre de Josemi, ya con la mesa puesta y tan hospitalaria con siempre. Está despierta desde bien temprano para ofrecernos un suculento desayuno, pero apenas disponemos 20 minutos para una ducha exprés y nos tenemos que conformar con unas rápidas cervezas, ya que el coche nos espera en la puerta para regresar a Alicante.

Ya tenemos preparada la 3ª edición para la primavera del próximo año, así que os animo a participar. Esta vez será en sentido contrario, es decir Confrides-Calpe y con el bonito aliciente de terminar en lo alto del Peñón de Ifach.

X Transilicitana (22-Febrero-2020)

Esta carrera la he bautizado como “LOS ERRORES”. Siempre que escribo una crónica, de las pocas que escribo… me gusta contar un poco mi vida, de cómo llego hasta la carrera, por qué me decido a hacerla, como he planificado la temporada. Y esta, cómo no, no iba a ser menos. La idea era hacer la maratón de Valencia 1 de diciembre, con sus series sus cambios y sus tiradas largas (primer error) y después meter algo más de volumen entendiendo por volumen que soy de asfalto y torpe para la montaña (segundo error).

Debido a la lesión que sufrí el día de la maratón, rotura de ligamento y arrancamiento parcial de hueso del tobillo, por culpa de una de las tantas botellas que había cerradas tiradas en el asfalto. La primera parte, la preparación del maratón bien. Pero la segunda parte, después de casi dos meses sin poder correr nada de nada, pues al final a tomar por saco la velocidad y a tomar por saco el volumen.

A mediados de diciembre dando por perdida ya mi participación en la transilicitana mi mujer, “La jefa de obra”, como a mí me gusta llamarla, se marcó una de “Ah pues si no vas a ir tú, voy yo”. Yo pensé ésta dentro de dos semanas me está diciendo que abandona el barco que ceda el dorsal (tercer error). A medida que el fisio me dejaba ir caminando más, pues más rato la iba acompañando en sus tiradas de fin de semana e iba alimentando a la bestia. Entonces apareció la segunda pata del taburete, mi hermano que hizo la transilicitana el año pasado y éste quería descansar y se marcó otro “ah cuñada pues si me consigues un dorsal te acompaño” ya veis como preparamos las carreras en mi casa, yo que salía a andar un par de veces entre semana y mi hermano que no había hecho nada y estábamos a un mes de la prueba.

Ahora que la hemos conseguido quiero darle las gracias a Jesús Jurado y a Julián Moya que por mediación de ellos conseguimos el segundo dorsal.

Entonces empecé a pensar: Que los dos “genares” estos van a ir a la Transilicitana así casi sin pensarlo y yo, que la tengo apuntada en el calendario desde hace un año, ¿no? ¡Notaba como la envidia me invadía por dentro! Mala gente Jejejejeje… Así que conseguimos otro dorsal más y ya estaban las tres patas del taburete para la transilicitana. Entrenando muy poco, pero con mucha ilusión de hacerla de esta forma tan especial. Pudiendo compartirla con mi mujer y mi hermano.

Metidos en el día de la prueba, fotos de rigor hablé un rato con mi tocayo y compañero de equipo Tomás Méndez que intercambiamos los planes de carrera y ya cada uno a su guerra.

Tras consejos de mi hermano y un amigo de la familia que también venía, el gran Jose el Rubio, que él estaba apuntado por su cuenta, nos dividimos la carrera en tres partes de unos 33km. La primera parte la más bonita, transcurre por la zona del pantano de Elche, font del llop, camino mina y el cauce del río hasta el estadio de fútbol del Elche. Una parte bonita por las vistas y la zona por la que transcurre y durilla por que la subida a la font del llop lo es.

Nuestra estrategia era fácil, hacer lo que dijera “La jefa de obra” que ella quería trotar pues se trotaba, que ella quería andar pues se andaba… siempre y cuando mi tobillo lo fuera resistiendo y hasta que llegaran las “tostadas” que llegaron. En esta zona trotamos gran parte del recorrido. Al llegar al avituallamiento Jose nos comenta que él va a recuperar un poco más que salgamos nosotros y así lo hicimos.

La segunda parte era un recorrido circular saliendo del Estadio de fútbol, pasando por Torrellano, El Altet, arenales del sol corriendo por la playa un par de kilómetros y ya ir buscando otra vez el mismo avituallamiento que se repite en el km 33 y ahora en el 66 más o menos. Esta parte para los asfalteros es casi todo camino y asfalto y la más llana para correr, aunque también viniendo de la otra zona esta parte es la menos bonita de ver. Al llegar al avituallamiento del colegio de El Altet, teníamos ya la primera remesa de amigos animando, estaba mi míster y amigo Santiago Navarro con su mujer y sus hijos que nos fueron viendo por varios puntos y al gran Pacorro o más conocido como Paquito el marchador, representando al club de atletismo El Altet. En este punto vimos a mi hermano bastante tocado, no sé si debido al calor o que veníamos con un corre-anda algo fuerte para él.  Pero vamos, nada que no arreglara una cerveza bien fría y vamos si lo arregló porque él fue una pieza muy importante en la última parte del recorrido. Sin él hubiéramos sufrido mucho más en el último tramo. Nos despedimos de los amigos y continuamos en busca de la playa de arenales. Al salir de arenales había otro avituallamiento por el km 49 y en éste nos estaba esperando ya la familia. ¡Cuñada, hijos y sobrinos! Todos para ir bien arropados, ahí cogimos a Tomas Méndez que me soltó un ¡coño! ¿Tú no ibas a ir andando? fuimos juntos por lo menos 35 km cada uno a lo suyo, pero sin perdernos de vista, y así llegamos al avituallamiento del km 66 donde empezaba la tercera parte.

Esta tercera parte comprende desde el estadio de futbol, subida al pantano, la bajada al castro y ya dirección meta.

Ya en el avituallamiento nos tomamos nuestro tiempo, cambio de zapatillas, pinchar ampollas, hablar con la familia, y recuperar energía que la cosa ya empezaba a ponerse sería. Los ánimos estaban fuertes e íbamos gastando bromas y eso que el recorrido ya iba poniéndose algo durillo. Así llegamos a un avituallamiento pirata en un chalet que tenían la música a toda leche, tambores, gin tónic y un perolón de caldo con pelotas que no había quien lo dejase pasar, pero no quisimos parar demasiado que la familia nos esperaba en el último avituallamiento al que podían llegar sin complicaciones en el km 79. Ahí estaban ellas impacientes por vernos y ver como llegábamos.  Nos informaron un poco de cómo iba nuestro amigo Jose, que estaba pasando algunas dificultades, pero que seguía en la carrera, unos besos y ya quedamos en vernos en la meta. Un poco más adelante estaban mis amigos otra vez para desearnos suerte en lo que quedaba, ahí estaban con sus pancartas y sus frontales dando ánimos e igual nos despedimos de ellos que ya habían animado bastante e iban con niños pequeños. Vaya familia de locos…

De ahí ya la bajada al castro, una bajada técnica que en un par de tramos habían puesto una cuerda para evitar percances porque era terreno difícil, ni camino ni senda ni nada, en una noche cerrada sin luna que ese tramo se hizo incluso más difícil que las subidas. Poco a poco conseguimos pasarlo y ya entrar en la ciudad por la parte de polígono de Carrús que sí que está un poco desangelada entre el polígono y el tanatorio mucha fiesta no había por esa zona. Fueron sólo tres o cuatro kilómetros pero ¡ya lo teníamos hecho! ¡Entramos por el cauce del río buscando la avenida de la estación donde estaba la meta! Ya éramos Finisher después de 16h y mi hermano rebajando su marca en casi una hora y media. Nos fundimos en un abrazo y a celebrarlo con la familia.

No quisiera olvidarme de dar la enhorabuena a la organización por cómo estaba marcado el recorrido, una pasada ir viendo los trozitos de reflectantes puestos en las piedras, hacían un camino de luz imposible de perderse. Cada trozo de cinta puesto en cada rama de árbol, la labor de los voluntarios que estaban perdidos de la mano de dios por esos cerros bien metida la noche, dándote ánimos y con una sonrisa. Por último, los avituallamientos, que manera de poner comida y bebida de todo tipo! Yo creo que terminé pesando más de lo que pesaba antes de la carrera. Dulce, salado, café, pasta, sándwiches… en fin una aventura recomendable cien por cien para hacerla mínimo una vez en la vida. O una vez al año…

¡¡Un saludo!!

Tomás

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Natalia SEN FEM 16:07:44 249 21
Tomás Gª SEN MAS 16:07:49 250 229
Tomás M SEN MAS 16:59:34 289 261

VI Alicante Trail de Aigües (26-Enero-2020)

Ahora que algunos montañeros se están pasando al asfalto (David Gil, Kilian Jornet, etc 😂😂) había que llenar ese hueco y por algo se empieza!! por un Trail, pues un trail…

No es la primera vez que hago un trail o cross, pero sí que era la primera vez que corría este. Conozco el pueblo, pero no sus senderos. Tenía ganas de volver a divertirme corriendo después de unos meses desmotivado, muy desmotivado, así que me aventuré a hacerlo.

Como si fuera mi primera vez, con esos nervios corriendo por el estómago, recogía el dorsal. Volvía a tener esa ilusión que es estar en una línea de salida. La verdad es que para ser finales de enero hace una mañana estupenda, unos 10 grados a primera hora y sin visos de que el tiempo fuera a cambiar a peor.

A las 9:30 dan la salida, comienzan los nervios por saber que nos depara un recorrido nuevo, pero en esos momentos, delante de mí ocurrió algo que no había visto nunca en un trail o carrera de montaña y que me impresionó y a la vez me tranquilizó muchísimo, había una pareja, creo que eran argentinos, ¡¡¡y la chica era ciega!!!

La carrera empieza con el típico atasco que se hace al comenzar las primeras subidas cerca de la salida. Vamos subiendo y pasamos por el Preventorio. Seguimos montaña arriba hasta el kilómetro 5 donde las cuestas parece que han terminado. Empieza para mí la diversión, las bajadas. El recorrido se hace muy divertido, con alguna subida más, pero compensan con las bajadas. Al final los 15 kilómetros se hacen muy cortos y divertidos. Bonita carrera para la gente que, como yo, no somos expertos montañeros, pero nos gusta correr por montaña. Mucha gente conocida… nos rehidratamos y para casa. Buen domingo para recuperar sensaciones. Volveremos el año que viene si el cuerpo lo permite.

Ernesto

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Enri SEN-FEM 1:31:25 81 5
Ernesto VET-MAS 1:51:09 226 82

XI Botamarges – Forna (5-Octubre-2019)

5 de Octubre de 2019, parecía que nunca iba a llegar este día, primer Ultra de montaña a la que estoy apuntado. Aunque todo esto empieza el 16 de Junio de este mismo año, horas después de hacer mi primera maratón de montaña, ¡¡¡Gosa y su mujer me animan a hacer Botamarges!!! Aún con la adrenalina de la carrera les prometo que allí estaré.

Llegó el día señalado, quedo con Gosa y su cuñado Jesús, a las 5:10 en Forna, para poner la pancarta de A To Trapo en la plaza del pueblo.  Es la séptima edición consecutiva del “Dueto” de cuñados, son conocidos por componentes de la organización, “speaker”, corredores,… Con estos dos escuderos en carrera desaparecen los nervios, pero no las dudas. Nos hacemos la foto de rigor, nos ponemos el dorsal y para la línea de salida que vamos.

Una vez situados tras el arco nos deseamos suerte entre los corredores conocidos y a las 6:00 arrancamos, 64k y 3200+ de ¡pura montaña! Nada más salir Jesús desaparece entre la multitud, yo decido ir con Gosa los primeros kilómetros y ver con que sensaciones voy.

Nos adentramos en las primeras subidas y ya se van formando grupos. Me quedo en un grupo de ritmo cómodo hasta que empieza a amanecer y comienza la bajada hasta el primer avituallamiento Villalonga (Km 11). A pesar de no ser ni las 8 de la mañana nos recibe bastante gente, lleno los bidones de agua, miro alrededor por si veo a alguno de mis dos compañeros y salgo dirección a la Vía Verde, que tomo con cautela porque la noche de antes me comentan que no apriete porque después lo pagaré en la subida al Cim de la Safor. Increíbles vistas en la citada Vía Verde, transcurre el Río Serpis con bastante agua debido a las fuertes lluvias de semanas anteriores. Nos desviamos a la izquierda y empieza la subida con más desnivel de la carrera en busca del Cim de la Safor, llegamos al avituallamiento de la Casa de Tarzán (km 21), aún queda por subir unos kilómetros para hacer cima.

Coronamos la cima y empezamos a bajar, empiezo a pensar que en vez de Botamarges, debería ser Botapedres, cuanto piedra en la bajada de la Safor. En el km 26 tenemos un avituallamiento, lleno los bidones porque ya empieza a pegar fuerte el sol, miro el teléfono para ver los mensajes de apoyo y veo que voy bien de tiempo, empiezo a pensar si Gosa lo tengo cerca y si puedo alcanzar a Jesús, cojo el camino dirección a Benisili que es el próximo avituallamiento y km 32, el ecuador de la carrera. Empiezo a notar los kilómetros en las piernas y cuando llego al pueblo veo que están las mujeres de Jesús y Gosa, Jesús almorzando, ¡debía llevar unos 15 o 20 minutos esperando! Primer objetivo cumplido coger a Jesús para intentar aguantar con él la mayor parte de lo que queda de carrera. Nos comunican que Gosa tardará en llegar unos 20 minutos y decidimos salir en busca del castillo de Benisili…

Se hace dura la subida al castillo y pensando que después viene el cresteo, voy un poco guardándome y comiendo para lo que pueda venir. Empezamos el cresteo, donde me acuerdo de mi compañero y acompañante de muchos entrenamientos, Jaime Castells, en la pasada edición en esta zona lo pasó fatal, voy sin excederme en las bajadas que invitan a correr, por lo que pueda pasar. Por fin coronamos la Penya Foradà ultima cima del caluroso cresteo.

Comenzamos la bajada bastante cómoda, por fin sombra, en dirección al siguiente avituallamiento Benissiva (km 42’5). Llegamos al pueblo, ahí están de nuevo las mujeres de Gosa y Jesús, hacemos una larga parada, para comer, beber y rellenar provisiones hasta el siguiente avituallamiento. En este punto de carrera solo pasa por mi cabeza que esta carrera la termino aunque sea andando, no pienso en la retirada salvo por causa mayor. Me encuentro tan bien que dirección a Benirrama (km 48) decido ponerme por delante de Jesús a tirar, antes de la llegada al pueblo me distancio un poco de Jesús, mi idea es descansar un poco porque sé que a partir de ahora en cualquier momento va a aparecer la fatiga, nunca antes había hecho una carrera de más de 50k. Llego al avituallamiento, la gente está comiendo en las terrazas de los pocos bares que hay en Benirrama y nos animan como si fuésemos los primeros que pasan. Llega Jesús se llena los bidones, nos refrescamos en una fuente y vamos en busca de la “última” subida fuerte que se aprecia en el perfil, que equivocado estaba…, en este punto de carrera vamos adelantando a gente que va pagando sobresfuerzos de carrera, subida corta pero intensa. Decido tirar en la bajada me vuelvo a distanciar unos metros de Jesús, tengo tantas ganas de llegar al último avituallamiento L’Atzubia (km 55) que pierdo a Jesús, en este momento creo que me he perdido porque hay cintas cortadas no veo a nadie a lo lejos y decido dar la vuelta, no veo otra senda hasta donde vi la última cinta, vuelvo a subir por donde he bajado y veo a un corredor que ha dado la vuelta, también se ha debido perder un poco, en cuanto vuelvo en busca de la senda veo a Jesús de nuevo y me guía, falta un kilómetro para llegar al pueblo y en la bajada Jesús me pega un hachazo que lo pierdo de vista, en el camino asfaltado baja el ritmo para llevarme hasta el pueblo. He pagado mis sobresfuerzos y llego a L’Atzubia, los voluntarios me ven mal! Me dicen si necesito asistencia. Como en todo los avituallamientos los voluntarios están de 10, me cogen las botellas me las llenan, me traen de todo lo que les pido, incluso me ponen Reflex en las piernas. Jesús y yo nos cambiamos, nos “duchamos” en la fuente, dejamos todo lo que no vamos a utilizar en el resto de carrera a su mujer y partimos en busca de Forna.

Viendo el perfil ya parece que no queda nada, llevamos 10h 15’ parece que no tardaremos mucho en llegar, pero después de la primera subida, noto que en bajada no me van las piernas. Km 56 de carrera y llegó la fatiga que tanto esperaba, después de una larga parada en el avituallamiento creía que tardaría en notar cansancio. Pierdo a Jesús de vista, ahora el que tira es él, se le nota que tira de experiencia. Pienso que ya no lo veré hasta meta, pero cuando termina la senda y vuelve el asfalto allí está esperándome, ¡¡¡qué grande Jesús!!! Le pregunto si solo nos queda la subida al castillo de Forna, pero me dice que aún queda una pequeña subida previa al castillo, que es corredera en varios puntos. Llegamos a la subida y me da la sensación que estoy subiendo el Everest nunca termina, cuando llegamos arriba decido parar, me noto mareado y con una “pájara” como un camión, como gominolas de cafeína que es lo que más a mano me pilla. Jesús me dice que vaya bajando yo por delante, la bajada se me hace eterna también, al finalizar esta pasamos el cauce de un río seco y hay un voluntario con agua. Bebo agua fresca y me sienta genial, andamos un poco para recuperar y empezamos al trote en busca de la última subida al Castillo, esta subida todos me decían que era la más dura del final. Voy tan recuperado que ni me entero de la subida, llego al castillo veo ya la meta. En esta bajada se olvida todo y piensas que si te dicen de hacer unos kilómetros más lo haces sin ninguna pega, que subidón!!

Dejo unos metros para que Jesús entre por delante de mí en forma de agradecimiento, si no es por él, no sé qué hubiese sido de mí en esos momentos de fatiga, viendo la gente que pasamos antes del castillo y que llegaron mínimo media hora más tarde, podría haberme caído alguna hora más.

Gran carrera de Gosa, porque hacer este tipo de carrera solo y con dolor de lumbares, ¡¡es de tener una fuerza mental brutal! No dejas de sorprenderme, con hacer la mitad de lo que has hecho tú en todos estos años estoy más que satisfecho compañero. Otra más para la “butxaca”, ¡¡ya van siete!!

Agradecer a todos los que me han acompañado en los entrenamientos a lo largo del año, si pongo todos puede ser una parrafada, a los que me han transmitido mensajes de apoyo durante toda la carrera, a Gosa por animarme a hacer la carrera, de nuevo a Jesús por llevarme media carrera con él y estar ahí en mis peores momentos, a las mujeres de ellos, Conchi y Eva. Y a todos los que han aportado su granito de arena para que pueda llegar a hacer esta carrera. En especial a mi novia por tantas horas de sacrificio y mono tema carrera, lo que ha tenido que aguantar…

Ahora llega la dedicatoria más especial, esta carrera la hice motivado por mi compañero y gran amigo Jota, desde que supe que era una carrera que entraba en sus planes y no podía hacerla por causas mayores. Tenía que terminarla por él, no se me pasaba por la cabeza no terminar una carrera que es cuestión de horas, cuando hay personas que sufren día a día y salen de ello.

¡¡Ánimo Jota!!! Estamos todos los compañeros de A To Trapo contigo y en breves estas dando guerra otra vez por el monte. ¡¡¡Un fuerte abrazo amigo!!!

Víctor

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Víctor SEN-M 11:56:16 131 59
Jesús S. VETERANO 11:56:17 132 53
Gosa VETERANO 13:42:42 180 76

Ehunmilak 2019 – Beasain (12-Julio-2019)

12 de julio de 2019, 17:50, Plaza de Beasain (Guipuzkoa)… Espera, no, esto empieza mucho, mucho antes. 23 de enero de 2005, 9:50, Puerto de Santa Pola; ahora sí. Manolo (Papá), Ignacio y yo apostamos por mi estreno como corredor amateur en la primera media maratón. Casi 2 horas de eterno sufrimiento que marcan el inicio de lo que hoy contamos: una vida zancada a zancada.

Luego llegaste tú, montaña, opiácea de mis entrañas, a su vez fuente de sabiduría, energía y, como no, vía de escape de las obligaciones diarias. Sin siquiera poder ni imaginarme cómo, después de miles de horas y kilómetros sufridos/disfrutados, aquí estamos.

Ahora sí: 17:50, Plaza de Beasain. Sergio, Josemi y yo entramos en el arco de salida preparados para afrontar los más de 170 km con 11.000 metros de desnivel positivo en una de mis tierras favoritas: mi país vasco.

¿Estás nervioso? No, estoy temblando de miedo. Ya no hay vuelta atrás; somos un equipo indisociable de 3 que tiene que volver a este punto de salida en, como tarde, un par de días. Nos despedimos del grupo de los 90 km (David, Ángel, Enri, Elías y Carlos – ¡gracias por estar ahí! -) y con lágrimas en los ojos espero con ahínco el empiece de esta aventura.

Pelos de punta al recordar los primeros pasos. No puedo evitar bañar mi cara de lloro relativamente controlado al ver que el pueblo refleja lo que iba a ser la tónica de la carrera: calles y familias volcadas junto con voluntarios que te hacen sentir mejor que en casa.

Muchas horas y más distancia. Intentaré ser breve al describir los momentos más reseñables de la carrera. La primera tarde se hace cómoda y al pasar Zumárraga el atardecer nos recuerda lo impresionante de estas tierras. La noche se espesa y entre risas, anécdotas y – por qué no – miedos internos, después de una ración de flan y bizcocho de 10 preparado por una familia entera (en serio, nunca había visto tal disposición voluntaria), un amanecer de escándalo nos da los buenos días tras la dura subida a Zelatun (km 66).

Vamos bien; que coño, vamos muy bien. El calor empieza a apretar pero se mitiga con algún que otro manguerazo que encontramos por el camino. Pese a los dolores de pies de mi amigo Sergio, conseguimos el objetivo de llegar vivos y con ganas al que se dice que es el inicio de la carrera: km 96, Amezketa, base del Txindoki. La visita de los Aitores y Eder a este remoto lugar me llena de fuerza y hace sentirme un afortunado por lo vivido (¡eternamente agradecido!).

Subida muy dura, el sol insiste en que son las 3 de la tarde (21 horas de carrera) y echamos el resto para llegar arriba. Pero como siempre, llegamos. Pasamos la casa del pastor (me flipa que alguien pueda vivir en soledad con sus cabras a 1200 metros en un terreno tan escarpado) y coronamos el Txindokiko Lepoa. Algo más de sufrimiento y bajamos a uno de mis lugares favoritos: Lizarrusti.

A través de un ensoñador bosque de hayas que me traslada años atrás alcanzamos el km 116 donde nos espera Ignacio y Jako: ¡vamos Tío Borja! Ver a Jako con esa sonrisa respaldado por papacho me dice que esto tiene que salir bien. Bocata, cerveza sin alcohol y salimos hacia la – temida – segunda noche.

Crisis. Crisis absoluta. El sueño empieza a invadir el cuerpo y mi cabeza me dice que ya basta. Intento no pensar, mirar al suelo y tirar; pero la forma de los árboles se torna distinta y veo cosas que creo que no debería. “¡Hey, Sergio, no me jodas, pero eso es un hombre!”, “¡Sí, un señor con una capa!”. Me acerco y el árbol me mira fijamente diciendo que no, que coño, que no es más que un árbol.

Borja, para. Fíjate en tus mentores Sergio y Josemi y ya verás como todo pasa. Y pasó. La noche se hace frondosa y encendemos el frontal a sabiendas de lo superado. A pesar de las sensaciones extremadamente opuestas, mi mente disfruta.

KM 130. Etzegarate. Ciertos problemas de rozaduras solventados – permitidme evitar que narre la experiencia de cura de trasero por el médico de referencia -, ducha, cena amenizada por la incombustible seguidora Rosa (¡gracias por el apoyo!) y hacia San Adrián.

KM 140, tocamos la mítica cueva de San Adrián y no queda otra que echarnos una siestecina de 15 minutos para afrontar lo que queda. ¡Arriba! Dice el voluntario. Encaramos el Aizkorri y a eso de las 5 de la mañana del domingo coronamos uno de los techos del País Vasco. Exhaustos, Josemi nos espera y recibo a Sergio con un abrazo que nunca olvidaré. Vuelvo a llorar: si hemos llegado aquí, llegamos a meta.

Pero aun queda mucho. Los metros se hacen millas y todo cuesta un mundo. No sin esfuerzo, a las 6 de la mañana picamos algo en Oazurtza y empieza el infierno para Sergio: el mazo ha llegado en forma de pájara. Quedan unos 25 km y 1500 de desnivel positivo que se harán muy duros. Admiro tu entereza, amigo.

Entre risas provocadas, este equipo que salió hace más de 40 horas supera el último escollo y gracias a la fuerza de Josemi – eres un gladiador – y al espíritu de superación de Sergio, volvemos a pisar Beasain.

Ahí nos espera la incombustible Rosa, todo el grupo A To Trapo y las fuerzas de Enri con su maltrecho tobillo (¡ánimo que en nada estás dando guerra!). ¡Agradecimiento por esos últimos kilómetros en compañía, gracias! Y un poco más adelante, Dama, Jako, Nicolás e Ignacio hacen lo propio.

Y, 43 horas y pico después, entro en meta de la mano de mis mentores de esta distancia, de mi padrino deportivo y de uno de mis sobrinos preferidos (nótese la falta de agravio comparativo). EHUNMILAK, eres nuestra!

Carrera muy muy dura. Sergio me dijo que “Euforia” (la locura andorrana que estos jabatos superaron el año pasado) le cambió la vida. No sé si llega a ese punto, pero bien seguro que este fin de semana me ha dejado una huella profunda.

Ehunmilak es el ejemplo del puro significado de montaña: libertad, paz, compañerismo, individualismo, subidas, bajadas, en fin, vida. Lejos de marketing, merchan y florituras, esta carrera ensalza la realidad y lo salvaje de la naturaleza.

Gracias a Sergio y Josemi. Dos días de aprendizaje continuo, risas y, también algún momento complicado, son causa y consecuencia de consideraros parte de mí: no pude elegir mejores mentores para iniciarme en esta distancia.

Gracias a Ignacio, Dama, Nicolás y Jako. Fieles seguidores de este trotamundos sin cabeza.

Gracias a los firmantes de las pinzas. No os separasteis de mi cabeza (literalmente) en todo el fin de semana.

Gracias a la familia del golf, esa llamada el sábado noche fue motivo de remontada. Y gracias, gracias, gracias a Papá y Mamá: poco sentido tendría esto si no hubiera aprendido lo aprehendido.

Muchos (me) preguntáis, ¿Por qué? Sinceramente, no lo sé. Supongo que estar un fin de semana sin móvil, disfrutar de atardeceres y amaneceres de ensueño y seguir explorando el cuerpo podría ser una respuesta; pero esta claro que no es suficiente. ¿Por qué? Sólo el poder escribir esta crónica recordando cada momento vivido, hace que merezca la pena.

Y ahora, ¿qué? A seguir. A seguir en busca de experiencias y momentos que puedan ser narrados. A seguir explorando esta aventura que es la vida.

Borja

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Equipos
Borja Por equipos 43:43:05 233 de 510
Sergio Por equipos 43:43:05 234 de 510
Josemi Por equipos 43:43:06 235 de 510

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