118th Boston Marathon (21-Abril-2014)

Boston run as one … Boston Strong

El año pasado cuando explotaron las bombas en el maratón de Boston, supongo que a muchos de vosotros os paso lo mismo que a mí, algo dentro de nosotros se rompió… a mi cabeza venía la pregunta ¿Por qué? Para mí un maratón es un momento donde no hay diferencias, es verdad que unos/as corren más que otros, unos salen antes y otros después, pero todos somos iguales, da igual en que trabajes, del color que seas, tus creencias… todo es lo mismo, todos nos ponemos en la línea de salida con la misma ilusión, llegar a meta y que nos cuelguen la medalla… así que por qué en un ambiente donde he visto muchos gestos de solidaridad y de amistad, donde no se fomenta el anti (que por desgracia tan de moda esta), alguien tiene que enturbiar el momento arrebatando la vida y las ilusiones de tantas personas….

Yo tenía en mi agenda que iba a Boston el 2014, y con los acontecimientos con más ganas, a veces hay que plantarse ante determinadas personas y decirles o demostrarles, conmigo no vas a poder…

Bueno tras muchos meses desde que saqué el dorsal, por fin llego el día de ponerse en camino hacia Boston… por una de esas cosillas de Iberia un poco más pronto de lo normal, pues me toco viajar miércoles en vez de viernes, pero lo bueno es que tocó una parada en Madrid por lo que pude compartir una tarde/noche con Laura (y ver a Elian y a Aauri). Ya el miércoles en el aeropuerto coincidí con Tomás y Carmen y conocí a una pareja genial de Vigo, Fer y Mónica… así que cargados de ilusión llegamos a Boston… y ahí te das cuenta que este año esta carrera no va a ser una carrera más… en el ambiente se respira que lo que pasó el año anterior ha marcado mucho a la ciudad, y como pensé el día del maratón, les hizo mucho más fuertes, de ahí el lema de todos sitios BOSTON STRONG.

Bueno pues como ya estaba allí y era miércoles tocaba hacer algo que antes de correr un maratón no lo aconsejo, pero soy consciente que eso de “consejos vendo que para mí no tengo” se me aplica con todo en mayúsculas, así que a hacer turismo y del mío o sea 12 horas diarias andando para recorrer todos los recovecos de la ciudad…

Boston es una ciudad importante primero por ser una de las ciudades desde donde se impulsó la independencia de EEUU además por ser la primera ciudad de EEUU abolicionista de la esclavitud… así que aunque a mi las cosas relativas a la guerra no es que me apasionen, visitar el Freedom Trail (sólo hay que seguir la línea roja), o el Black Heritage Trail (por Beacon Hill una maravilla) es sumergirse en una ciudad espectacular, que tiene muchísimo que ofrecer…

En la visita turística te das cuenta que aunque quedan 5 días para el maratón toda la ciudad está implicada; en el museo de ciencias el dinosaurio lleva dorsal, en las calles se ven maceteros con flores amarillas y palabras de ánimo, en los centros comerciales carteles, en el parque Common hay unas pancartas de personas que apoyan a que no se tenga miedo ante los actos del año pasado… hasta Samuel Adams, una cerveza de Boston, ha hecho una que se llama 26,2, y yo como iba de turista total y aunque no me gustaba mucho la serie, la fui a probar a Cheers, debo reconocer que yo pensaba que, al ser del maratón, sería sin alcohol y craso error 😉

Bueno y eso, turista con visita al Quincy Marquet (a comer langosta recomendado por Demo), al Acuario, a Salem, a correr y pasear por el Charles River, vamos a todo… Me dije que este maratón lo iba a hacer todo y eso hice… excepto subir el Bunker Hill Monument que me dijo la chica que eran 294 escalones y antes del maratón no era recomendable (quedé con ella el martes y subí 😉 )

El viernes me acerco a la línea de salida que está totalmente cerrada a los peatones, y en la iglesia hay unas señoras repartiendo bufandas. Las bombas las pusieron muy cerca de una iglesia católica, e hicieron como un llamamiento para que se tejieran bufandas de los colores azul y amarillo, que representan a Boston… ufff nudo en el estómago, al ver la zona donde hizo explosión la primera bomba…

El viernes también tocó la feria del corredor… mi primera impresión ufff cuanta gente, con lo del año pasado es que ha habido un aumento considerable de participantes (y de la seguridad 🙁 )… Bueno, para el que no lo sepa Boston dicen es el maratón más rápido del mundo porque para inscribirse hace falta un marca mínima, y este año aumentó además bastante el nivel… En el maratón de Boston todo el mundo sale desde el mismo sitio pero no a la misma hora, hay 4 salidas diferentes 10, 10:25, 11 y 11:25 y atendiendo a que salida te toca te dan un dorsal de un color u otro… Recojo el dorsal, el 7717, y al recogerlo una señora me dice ufff tú eres de la élite y yo si  vaya élite y me dice sí, si llevas color rojo es que corres de verdad (a mí es que esta tonta me da la risa, ¿que es correr de verdad?, no corremos todos de verdad, unos más rápido otros más lento pero de verdad todos ¿no?)…

Con el dorsal, a dar una vuelta por la feria que como las carreras que he corrido en EEUU está bastante bien, con bastantes cosas… y bueno en Boston de casi obligado cumplimiento el comprarse la chaqueta, aunque vaya mala suerte hemos tenido este año con el color… Por la mañana había ido a rodar un rato, pero por la tarde Nike organizaba una salida en grupo y me apunté (y suerte porque conocí a una pareja encantadora Danny y Erica) tras el entreno un sándwich exquisito con patatas fritas (eso de las patatas fritas tras correr no lo entendí muy bien), una charla de personas que estuvieron el año anterior en la línea de meta, personas afectadas de una manera u otra, que iban a correr este año aunque fuera la última milla…

El domingo salgo a rodar un rato y conozco en el ascensor a Bill una persona encantadora, me dice que va conmigo y me doy cuenta como cambian las cosas de unos países a otros… ahí la gente no pregunta que marca tienes, sino cuantos maratones llevas… el lleva corriendo dos años y lleva 12, por la tarde conozco a una chica que lleva 45 en 3 años… y luego me dicen a mí jajajaja… bueno pues en la salida al parque te das cuenta que lo de la seguridad es de verdad en exceso, aunque por fin dejan llegar a la zona de llegada, han puesto inhibidores porque a ninguno nos funciona el GPS… pero bueno… Y otro momento de llorar, ver el pequeño memorial a las víctimas del año pasado y la línea de llegada en Boyston St.

Ese día me porto bien y solo doy una pequeña vuelta pues a las 6:30 tengo la cena de la pasta… con 36.000 personas todo debe de estar perfectamente organizado, así que con una cola que yo pensaba sería eterna pero solo duró 40’ y con el regalo de conocer a otra persona maravillosa, Potter, que había estado el año pasado, con lo que la cena de la pasta es de lo más agradable… hay de todo (yo cerveza ya no repito por mucho 26,2 que sea) y a la salida sorpresa de una bolsa de chocolates Lindt (ya en la tienda Lindt nada más entrar me regalaron una bolsa llena, se ve que tengo cara de pasar hambre jajaja), Hersey, Toblerone, unos bollitos estupendos… vamos que genial… y ale a dormir que mañana con eso de dorsal rojo toca coger muy pronto el bus hacia Hopkinton, donde se da la salida…

Había quedado a las 6:40 con Fer en vernos en la plaza, pero hay un desfile de personas (con eso de que no hay guardarropa, parecemos un paseo de medio zombis) y por desgracia no lo veo 🙁 … así que sola para la salida, donde hay instaladas una serie de carpas con agua, té, aseos, bollitos del Dunking Donuts… vamos que la espera tampoco se hace tan pesada… A las 9.30 nos dicen que hay que ir para los corrales, sin prisas pero sin pausas  todo el mundo va hacía su sitio, himno americano, minuto de silencio, yo conozco a Antonio un español que el año que viene seguro que la hará porque este año, 3 semanas antes se lesionó y sólo va a salir… y 5’ tras el disparo nos ponemos a correr, y con la cantidad de personas que hay se puede correr en todo momento… y aquí empieza la carrera…

Todo el mundo dice que Boston es favorable, pues sí pero con un pero muy grande. Acepto que la salida está más alta que la llegada por lo que en conjunto bajas más que subes, pero es un rompepiernas total, bajas, subes, vuelves a subir… vamos que lo que menos me gusta, porque no tengo ni idea a que ritmo se puede ir… pero aunque mi idea era hacer 3:15 (la marca que yo en mis sueños quise hacer en maratón y aunque ya la he hecho me hacía ilusión hacerlo, al ver el circuito dije ufff como si sale 3:30, a disfrutar…) me digo que no lo voy a pasar mal, que ésta es para disfrutar…

Una vez que he bajado los tiempos del relojito, veo que el primer km salió demasiado rápido (4:03) y eso que yo pensaba que iba lenta… es un continuo pasillo de personas animando, con sus camisetas y pancartas de Boston Strong y Boston run as one, dando gracias por haber ido a correr… todo ello hace que en el km 5 vaya llorando como una idiota y pensando así no se puede correr un maratón. Km 5-6 pasamos por Ashland, y lo mismo una marea de personas animando, así que la congoja me dura hasta el km 10, donde se pasa por Framighan (que bien Adidas con sus hitos poniendo los nombres de las zonas que pasamos), y ahí en el km 10 empiezan los “problemillas” llevo el cuádriceps derecho tocado, yo pienso que es por la sesión turística que me he metido, así que dejo de mirar reloj y sólo me fijo en la cantidad de personas que me van adelantando (impresión que llevo todo el rato, y que tras ver los resultados fue justo lo contrario).

Del 14 al 15 pasamos por una especie de embalse precioso, y luego por la zona de Natick, hay avituallamiento cada milla, primero a un lado y cuando se acaba al otro, vamos que perfecto… y poco a poco ya estamos en el km 20, y este km se anuncia mucho antes, pues de repente se empieza a escuchar como una marabunta, cientos (quizás miles) de personas gritando, y no tengo ni idea de que hay más adelante… bueno pues lo que hay más adelante son las chicas del Wellesley College, que te lo pueden contar, pero como no lo vivas no sabes que es… gritos pero sobre todo caras súper amables de risas y carteles de ánimos de Kiss me, Kiss me, incluso alguno de que pone “Women too” jajaja, así que de repente ya estamos en la media, y ahí va un pensamiento muy fuerte para mi amigo Antonio, que se que va a salir adelante, que es fuerte y que como en este momento hay que mirar con optimismo la segunda mitad, pero que llegar llegamos…

Y otra cosa, madre mía que rápido voy y eso que voy tocada, 1:36 no era lo que quería hacer sino 1:37, así que en el primer aseo me paro y aprovecho 😉 … y desde ahí sé que viene la zona dura de la carrera, hay que llegar como sea, y pasar la famosa Heartbreak Hill, que dicen que esta entre la milla 20 y 21, pero como me aviso Potter, empieza en la 17 subiendo unas cuatro cuestas… y aquí es, no sé por qué, donde me vengo arriba, tengo dolor de cuádriceps sí, pero de repente en el ipod cuando empieza a sonar el grupo favorito de mi sobrina Aurora con su Heartbreaker, y digo esto es por algo, así que aprieto los dientes y a subir… regulando el ritmo para arriba, y como siempre muchísima gente animando (pasamos Newton) que hacen que la cuesta sea menos cuesta, hasta que llegas al cartel “The Heartbreak is over” y pienso en Potter como le dije ;). Pues ya está hecho, sé que voy a llegar y a partir de ahora solo toca regular porque por una de mis chorradas quiero llegar muy bien a la última milla, para dedicársela a todos los que están/estáis detrás empujando pase lo que pase.

En el 34 pasamos otra zona de chicas con carteles, el Boston College, pero no es lo mismo que el anterior, aunque también animan de lo lindo. Más o menos el km 38 es la zona de Brookline y ya no nos queda nada, el cuádriceps dice que esta ahí, pero yo le digo que aguante que luego lo dejaré descansar 🙂 …

Y así llegamos a la milla 25, solo queda 1,2 y miro el reloj y veo que tampoco voy tan mal, que si no bajo el ritmo e incluso lo aumento como pensaba saldrá el 3:15, así que hacia la meta, a conseguir la medalla del Unicornio, que sé que le gustan a Eugenia, en la curva de la milla 26, había quedado con Mónica que si ella se podía quedar (su marido debía de ir muyyy por delante) la veía, pero yo no la ví y pensé que estaría ya con Fer, pero ella sí me vio y me hizo un par de foticos (muchas gracias).

Y de ahí casi volando para la llegada, disfrutando del “paseo de honor”, y con un dedicatoria para Javi, que en este momento le han privado de esto de correr, pero que sé que volverá como yo lo hice, eso si con el chip cambiado… Es una llegada espectacular, y creo que este año más.

En la llegada nos colocan la capa espacial, dicen que será objeto de venta en eBay, yo desde luego no la vendo jaja, la medalla y con ello para el hotel, que tras la ducha toca ir a ver a los demás, aunque esta bastante difícil el llegar, bueno a la línea de meta imposible… pero por lo menos a ver el ambiente que se respira antes de la llegada.

Y por la noche a la prefiesta donde aparte de darte de comer y beber, dejan entrar al campo y los Red Socks para hacerse la foto con los trofeos de este equipo, que a mí no me dice nada, pero que para los americanos parece que sí que es importante y luego a la fiesta de entrega de premios, donde conozco a ora pareja encantadora Nico y Carolina, que además son amigos de amigos, vamos que el mundo es un pañuelo, y cada vez estoy más convencida, que el mundillo de las carreras esta lleno de muy muy buena gente.

Al día siguiente, tengo rotura de fibras fijo, pues el cuádriceps me duele solo con tocarlo.

Quedamos Tomás, Fer y yo a ver que tal ha ido, y para ellos no fue como debía de ir, a Fer lo tuve que adelantar en algún momento pero ni me dí cuenta… bueno en otra ocasión saldrá la marca que valéis, que carreras hay muchas.

El martes ya el último día fui a ver la exposición que había sobre los atentados en la biblioteca y me quedé con esta imagen… y la que hay fuera de la biblioteca donde te das cuenta que el maratón de Boston no es uno más sino es algo importante para la ciudad y este año más.

Luego ya viaje a New York donde quedar con un amigo que hace tiempo que no ves, es lo mejor que puede pasarte, gracias Alex por tu hospitalidad y sobre todo tu amistad, y de paso visitar Washington que me ha encantado y ya tengo apuntada la fecha de su maratón porque esa ciudad se merece visitarla con calma. Y en Washington haciendo el mono con un momento Rocky en las escaleras del monumento a Lincoln, me di cuenta lo que es el maratón de Boston, un señor me paró a darme la enhorabuena (estaba cayendo un diluvio y llevaba la chaqueta) y me dijo que era su sueño el correr esa carrera, que 7’ le faltaban pero que iba a intentarlo…) espero que lo logre.

Y aunque me ha salido un tocho muy largo me vais a perdonar pero esta vez tengo que dar las gracias a mucha gente que hace que esto sea divertido, que hace que sea como soy… Ante todo gracias a mi madre y mi familia, la conversación con Aurora antes del maratón fue genial para los ánimos, soy como soy por ellos… Gracias infinitas a José Luis que tiene una paciencia infinita, y ya no se asusta si le digo “voy a correr el maratón de…” A mis amigos y muchos de ellos compañeros de correrías que se que puedo contar con ellos por muy lejos que estén, Lita, Viky, Aless, compañeros de AToTrapo: Juanma (millón de gracias porque me aguantas lo indecible), Jesús, Martina, Tomás, Jorge, Fernando, Juan Enrique, Juan Carlos, Nacho, Manolo…, y personas que voy conociendo y que me demuestran lo que siempre he pensado, que en el mundo hay más personas buenas que malas: Antonio, Idoia, Raquel, David, Alex, Lola, Nacho, Bienve, Laura, Robert, Javi, Mª Jesús, Silvia, Verena, Juan Carlos, Jimmy… el leer comentarios de tantas personas importantes para mí en el Facebook es la mejor medicina que se puede tener, gracias… Mi fisio Noe, que está vez tuvo que poner todo su ingenio para arreglar lo que ya empieza a estar bastante estropeado, o Fran mi podólogo que obró la magia de que volviera a correr disfrutando.

Mis compis del foro que saben,casi todos 😉 , lo que es correr un maratón, Antonio y Javi (que saldrán de estos momentos malos), Mario (gracias por los mensajes), Duquito, Jaime, Javi, Mary, Eduardo, Cascayo, Sergio, Moncho, Alejandro, Beto, Jesús, Lobo, Volcan, Juanjo…

Y luego a mis compis/amigos de trabajo que aunque no saben lo que es correr un maratón, si que me aguantan con mis correrías por el mundo… Leticia, Natalia, Mónica, Oto (que espero que sepas lo que es un maratón en breve 😉 ), Maribel (que alegría me lleve el primer día de curro al verte), Jose, Juampe, Liana, Demo (gracias por tus sugerencias en Boston), Damián, Isa, Juanjo, María, Antonio, Mariela, Liberto, Suni, Mª José…

Bueno y si me olvidado a alguien perdonar, pero sé que estáis y por eso millón de gracias.

En Boston me he dado cuenta que podemos hacer lo que nos propongamos, solo hay que no desistir en el intento, que este mundo esta lleno de buenas personas, que sé que soy demasiado propensa a decir lo que pienso o siento, pero que soy así, y supongo que a estas alturas no voy a cambiar.. así que gracias a todos/as por aguantarme.

Enlace al álbum con todas las fotos

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Pili 45 F 3:15:28 5383 31

Transvulcania 2014 (10-Mayo-2014)

La mejor crónica que se puede hacer de esta carrera es no hacer crónica e invitaros a todos a que os animéis y participéis en ella, pero como lo habitual es hacerla, voy a intentar plasmar en palabras lo que sentí, aunque creo que va a ser muy difícil.

Es jueves y hoy toca partir para La Palma a vivir esta aventura. Hasta hoy no había sido consciente de que había llegado el momento, puesto que con el trabajo y los preparativos de maleta y mochila se me habían pasado los días en un suspiro. Hoy me he levantado antes de que sonara el despertador y la mañana hasta que me ha avisado David para ir al aeropuerto ha sido larguísima, o eso pensaba yo, porque después el viaje sí que lo ha sido. Hemos tenido que coger 3 aviones con sus respectivas esperas en los aeropuertos, pero por fin, a la hora de cenar hemos llegado a Santa Cruz de La Palma, que es donde vamos a establecer nuestro centro de operaciones. Ha sido muy curioso cómo ha ido aumentando el número de “Transvulcanos” que se veían conforme nos acercábamos a la isla, y como era muy fácil reconocerlos.

CIMG3750El viernes toca dar una vuelta por la feria del corredor y recoger los dorsales. La feria está en los Cancajos, un sitio con playas pequeñas y de arena negra, que es bastante turístico, muy cerca de Santa Cruz. Al lado de la feria hay un mirador desde donde se pueden hacer fotos muy chulas. Una vez recogido el dorsal, nos hacemos las fotos típicas y nos vamos para Santa Cruz de nuevo. La tarde se hace larga esperando que llegue la hora de cenar (prontito). Después de cenar un corto paseo para bajar un poco el plato de macarrones boloñesa que nos acabamos de comer y a la cama. Digo a la cama, porque lo de dormir ya es otra cosa. Entre los nervios propios de la carrera, que es muy pronto para lo que estamos acostumbrados y demás vicisitudes de la pensión, es difícil conciliar el sueño.

Suena el despertador, por fin es sábado, las dos de la mañana hora local. Comenzamos con el ritual pre-carrera, que si compeed por aquí, que si vaselina por allí, un último vistazo por si se ha olvidado meter algo en la mochila… Desayunamos un poco (poco, porque a esa hora no entra mucho) y el resto del desayuno nos lo llevamos para la salida, con idea de comerlo allí. A las 3 cogemos la guagua que nos llevará al faro de Fuencaliente, donde está situada la línea de salida. Después de una hora por una carretera llena de subidas, bajadas y curvas, llegamos al faro. Yo algo mareado del viaje. Cuando estamos bajando del autobús vemos que todo el mundo se dirige al faro en lugar de ir directamente a la línea de salida. Una vez abajo entendemos el motivo, hace un viento de … y la sensación de frío pronto empieza a invadirnos, así que como todos nos dirigimos al faro para refugiarnos en el muro que lo rodea. Tenemos casi dos horas de espera, así que hay que abrigarse bien, y para ello utilizamos la ropa que después entregaremos a la organización para que nos la lleven a la línea de meta. Casualidad o no, parece que nos hemos puesto en la zona levantina para esperar. Sentados frente a nosotros hay una pareja y él lleva un buff igual que el mío, el de la carrera de Beneixama, así que les enseño el mío y pronto establecemos conversación. A nuestro lado hay una chica que al oírnos, nos dice que es de Onil, y pronto se nos viene a la cabeza que seguro que conoce a Elías, con lo que le preguntamos y nos dice que lo está buscando, que está con sus amigos (qué casualidad).

CIMG3765Se acerca la hora de la salida y tenemos que quitarnos la ropa de abrigo e ir a la línea de salida. El speaker va entrevistando a los primeros espadas de la carrera y mientras tanto el resto de los corredores va llegando a la salida. Ya falta poco, la música y el speaker van animando el momento hasta que a poco del final suena AC/DC y todos con la mano levantada y el símbolo de los cuernos como si fuéramos heavies de toda la vida. El momento es impresionante y tengo los pelos de punta.

A las 6 de la mañana, por fin comienza la carrera. Los primeros salen como si se tratase de una carrera de 100 metros lisos, es impresionante!!!, subimos la primera rampa que lleva desde la explanada en la que estábamos al faro y al bordear éste vemos una de las imágenes más espectaculares de la carrera, la famosa serpiente de luces blancas y rojas subiendo del faro hacia arriba. Yo había visto multitud de fotos de este momento, pero la sensación de formar parte de él es increíble.

Pronto se forma el atasco habitual en estos casos, y creíamos que habíamos salido en una buena posición, pronto nos damos cuenta de que somos de los últimos. Si es que hay cosas que no cambian. Una vez pasado el primer repecho, que es por una senda muy estrecha, el panorama se despeja un poco y permite que cada uno se marque su ritmo. La carrera transcurre por una senda de lava en tierra que se hunde bastante al pisar. Casi sin darnos cuenta, y algo motivados por el miedo que le teníamos a quedarnos fuera en el primer punto de control, vamos adelantando corredores en la subida. No es que llevemos un ritmo muy rápido, sino que es un ritmo cómodo, pero aun así, vamos pasando corredores. Mientras ascendemos va amaneciendo y así, en el kilómetro 6 y a unos 700 metros de altura, llegamos al primer avituallamiento que está situado en Los Canarios, donde podemos ver a toda la gente del pueblo volcada con la carrera. Bebemos un poco de agua y continuamos nuestra marcha.

CIMG3779Cuando salimos del pueblo entramos en un bosque de pino canario que es más frondoso y con pinos más altos en la parte baja, pero que poco a poco va desapareciendo mientras seguimos ascendiendo. Las vistas son increíbles, y para que no se nos olvide, tomamos algunas fotos. Pronto estamos por encima de las nubes y el paisaje es totalmente volcánico. Yo sigo impresionado con el mismo. Siguiendo la fila de corredores llegamos al segundo avituallamiento en el kilómetro 16 y a unos 1.900 metros de altitud. Llevamos más de 3 horas sin parar de subir así que en este avituallamiento decidimos parar un momento, bebemos agua fresca, rellenamos los botellines y aprovechamos para quitarnos toda la tierra que llevamos dentro de las zapatillas, que no es poca.

Habíamos cometido un pequeño error al mirar el perfil, y pensábamos que después de este avituallamiento ya sería todo bajada hasta el siguiente, pero no, todavía nos quedaba por subir un poco, hasta la cima de Las Deseadas. Desde ahí sí que comienza un descenso de unos 6 kilómetros para llegar al Área recreativa El Pilar, kilómetro 24 de carrera. Primer avituallamiento sólido, final de la media maratón y comienzo de la maratón. Llevamos casi 5 horas de carrera, y hemos recuperado una hora con respecto al tiempo de corte. Pienso que hemos subido un poco rápido y como me encuentro un poco cansado en ese momento aprovechamos para descansar y comer un poco. Le digo a David que se vaya para delante si quiere, que yo prefiero descansar, pero me dice que no, que me espera, que si no se aburre.

Una vez que hemos descansado remprendemos la marcha por un camino ancho y flanqueado por helechos. Es un terreno bastante llano, aunque con pequeños toboganes que permite correr, pero yo prefiero hacerlo despacio y trotando sólo en las pequeñas bajadas y en los llanos, caminando en los pequeños repechos. Durante este trayecto, alguien reconoce la camiseta de A To Trapo, y resulta ser uno de los Willies con el que había coincidido un rato en la maratón de la Marina Alta dos semanas antes. Paso a paso, llegamos al avituallamiento del Reventón, en el kilómetro 31, y aunque en ese momento no lo sabíamos, habíamos dejado atrás la única parte llana de la carrera.

CIMG3782Desde aquí comienza la ascensión al Pico de la Nieve que se encuentra en el kilómetro 40 y a unos 2.200 metros de altitud. Durante este tramo de la carrera, establecemos conversación con diferentes corredores que nos vamos encontrando. Entre ellos un chico catalán que más adelante volveré a mencionar y La Princesa del Desierto, una chica de Sevilla, que tiene el objetivo de hacer los cuatro desiertos de 4deserts en 2015 (Sahara, Gobi, Atacama y Antártida). Así entre conversación y conversación, y paso a paso llegamos al avituallamiento del Pico de la Nieve. En este punto me encuentro mal de fuerzas y tras varios intentos consigo convencer a David para que se vaya él para delante, y le digo que esté tranquilo, que llegar llegaré y nos veremos en la meta. Así pues, David se va y yo me siento en una sombra a recuperar un poco.

Tras unos minutos de descanso, emprendo de nuevo la marcha hacia el siguiente avituallamiento, que se encuentra en el Pico de la Cruz, tan sólo a unos 3 kilómetros y medio de distancia. Parece que el descanso me ha venido bien, mi ritmo es bueno, y voy pasando a los corredores que me habían pasado mientras estaba descansando. Al llegar al avituallamiento veo a David, que después de comer algo sigue su camino poco después de llegar yo. Aprovecho para comer y beber un poco y prosigo con mi marcha hacia el Roque de los muchachos, que es el punto más alto de la carrera, a unos 2.426 metros de altitud, y el siguiente punto de control. Parece que he recuperado bien y mi ritmo es bastante bueno, hasta el punto de que poco antes de llegar al Roque veo de nuevo a David, lo que me hace pensar que igual he ido demasiado rápido ese tramo. Por fin llego al Roque, llevamos unas 11 horas de carrera. Al llegar veo a David que está haciendo verdaderos esfuerzos para intentar comer un poco de la ensalada de pasta que servían, pero me dice que no le entra. Yo primero bebo algo, y descanso un poco, para ver si de esa forma me apetece la pasta, porque nada más llegar, no la podía ni ver. Nada, la pasta no me llama ni un poquito, así que pruebo con un trozo de sandía y un poco de plátano que parece que entra mejor. Mientras estaba descansando decido cambiarme de camiseta y de buff, para comenzar el descenso con ropa seca.

CIMG3784Casi media hora después de llegar, decido salir del Roque. Al principio el descenso no es tal y como me lo había imaginado, puesto que es una zona de continuos toboganes por los que poco a poco vas perdiendo altura. Esta primera parte del descenso la hago bien, puesto que acabo de descansar y parece que tengo fuerzas, pero poco a poco, veo como esta falsa sensación de fuerza desaparece y el descenso se hace interminable. Es una pena, porque el terreno invita a correr, ya que excepto en algunos puntos muy concretos, no es un descenso para nada técnico. Por fin, y consigo llegar al siguiente avituallamiento, situado en la Torreta Forestal El Time. Justo cuando yo llego, sale David, que ha estado esperándome un poco, para verme por lo menos llegar (si es que es como una madre…).

¿Recordáis al chico catalán del que os he dicho que hablaríamos más tarde?, pues bien, aquí estaba. Este chico, estaba parado en el avituallamiento haciendo de intérprete para dos extranjeros que no hablaban nuestro idioma y que estaban siendo atendidos por los servicios médicos. Más tarde, cuando hablé con David, me dijo que ya estaba allí cuando él llegó y seguí allí cuando yo me fui. Esta actitud es de alabar, puesto que sacrificó su carrera por ayudar a otros corredores. Esto es lo que más me gusta de estas carreras, que siempre hay gente dispuesta a echar una mano si se encuentra a alguien en problemas.

En este avituallamiento me he hecho fan incondicional del Powerade azul (ya sé que está mal decir marcas, pero en este caso tengo que hacerlo). Llegué al avituallamiento ya casi sin fuerzas, y sin poder comer, puesto que el estómago ya no me lo admitía. Pedí un poco de isotónico, porque el que yo llevaba estaba muy caliente, y me dieron una botella de este líquido milagroso. Sentado allí, me bebí la botella casi entera y cuando salí, estaba recuperado y no con una falsa sensación como en el Roque, sino recuperado del todo. Comencé lo que me quedaba de descenso a un ritmo tranquilo por miedo a que me viniese otro bajón, como me había sucedido antes, pero lejos de eso, poco a poco me vine arriba, e iba incrementando el ritmo, pasando a varios corredores que me habían pasado antes del Time. Me encontraba tan bien, que a unos dos kilómetros de Tazacorte alcancé a David, que iba en un grupo. Como ya no quedaba mucho para la meta, decidimos ir juntos otra vez a un ritmo tranquilo (menos mal, porque no sabíamos lo que nos esperaba). El último tramo de la bajada era una pared por la que habían hecho un camino empedrado haciendo eses, y que con la pendiente y la oscuridad se hizo interminable.

CIMG3789Por fin llegamos a Tazacorte poco antes de las 10 de la noche. Desde ahí sólo nos faltaban unos 5 o 6 kilómetros hasta la meta de los Llanos, pero vaya kilómetros. Este año han cambiado el recorrido. Antes se subía de Tazacorte a los Llanos por la carretera, que aunque a nadie le gusta ir por la carretera, hay que reconocer que cuando ya vas tan cansado, se hace más cómodo. Pues bien, este año nos han metido por un barranco con arena de playa y piedras enormes que había que sortear durante unos kilómetros y después hemos tenido que subir casi en línea recta lo que otros años se subía siguiendo el zig-zag de la carretera. Vaya rampas para terminar!!!

Por fin se terminan las rampas y enfilamos una larga recta de casi un kilómetro que nos va adentrando cada vez más en el pueblo. Conforme nos acercamos vamos sintiendo en calor de la gente y los ánimos, pero no me podía imaginar lo que iba a sentir justo unos pocos metros después, cuando a unos 300 metros de la metra giramos a la derecha y ya se ve la meta. La calle estaba llena de gente que animaba con si les fuese la vida en ello, y ya iban transcurridas casi 17 horas de carrera. Yo entré en meta casi llorando de la emoción.

Aunque sé que seguramente ninguno de los habitantes de la isla leerán estas líneas, me gustaría reconocer y agradecer lo volcados que están con esta carrera. No te falta ánimo en ningún momento. También me gustaría destacar la buena organización de la misma, y a los servicios médicos y de rescate, porque hacen una labor descomunal.

También quiero agradeceros a todos el apoyo y los ánimos recibidos durante tantos y tantos entrenamientos juntos. Y en especial a Juanma, porque fue quien puso en marcha todo esto y después, por mala suerte, no ha podido vivirlo, sin él no me hubiera involucrado en algo como esto. Y qué decir de David, que ha sido el mejor compañero de aventura posible.

Agradecer también a Susana, mi novia, la paciencia que ha tenido durante todos estos meses de entrenamiento de cara a la carrera, en los que todos los domingos por la mañana me iba de casa con mis amigotes y volvía a la hora de comer o incluso más tarde, los sábados por la noche me acostaba pronto para poder madrugar el domingo, y entre semana me iba de casa muchas tardes a correr, por lo que nuestro tiempo de ocio juntos se ha visto reducido a la mínima expresión. Gracias por haber sido tan comprensiva.

No quiero olvidarme de mi madre, que lo pasó mal durante la carrera, sobre todo al final, porque con el cambio de hora pensaba que no nos iba a dar tiempo a llegar dentro del límite de tiempo.

Gracias a todos por el apoyo recibido.

Pirri

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
David Senior M 16:57:37 1377 996
Pirri Senior M 16:57:38 1378 997

[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]

Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 310xt. Las marcas aparecen cada 7 kilómetros.

El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.

Viaje a Friburgo de Brisgovia. Alemania (5-8 de abril de 2014).

Sábado, 5 de abril de 2014

IMG-20140405-00664A las nueve y pico en punto de la mañana despega el avión. Todo el sol que íbamos a ver lo hemos dejado en Alicante, en el aeropuerto, saliendo del mar y enrojeciendo las nubes. Ya desde el aire, el mar, el sol, las islas mediterráneas y la nieve de los Alpes.

Basilea (Suiza). Bajamos del avión. El aeropuerto está rodeado de una valla de nubes que no deja ver más allá. El asfalto está mojado. Un minibús nos traslada a través de Francia, atravesamos el Rhin y entramos en Alemania aunque nadie lo diría por la continuidad del paisaje. Seguimos el curso del valle, a un lado Los Vosgos y al otro La Selva Negra, a lo lejos y envuelta en bruma. A las afueras de Friburgo llegamos al recinto donde está instalada la feria del corredor y donde recogemos los dorsales. Hay puestos de ropa deportiva, alimentación, reconstituyentes, souvernirs, etc. El autobús nos lleva a la estación del tren y dejamos las maletas en consigna.

DSC_5347Caminamos hacia la parte vieja de la ciudad bajo una finísima lluvia y entramos al restaurante “Harmonie”, amplitud, calor y, sobre todo, lentitud. La exquisita y abundante cerveza hace más llevadera la espera. Después de comer bien damos un largo y reposado paseo, que comienza por unas galerías comerciales, el mercado cubierto, con variedad de presentes donde compramos pasteles, tomamos café y nos sorprendemos del colorido y animación. La ciudad vieja, prácticamente cerrada al tráfico de coches, con casas con la fecha de su construcción puesta en la fachada, “Anno Domini 1350”, viejas y sólidas construcciones, dinteles de granito, madera entrelazada en las paredes, ventana doble y alturas máximas de tres o cuatro plantas. Por las calles canales y canaletas con agua limpia donde los niños juegan con barquitos de papel que arrastra la corriente. Fachadas adornadas con glicinias de troncos gigantes, retorcidos como columnas salomónicas, que empiezan a abrir sus racimos de flores perfumadas de color azulado o malva. Tienda de arte y objetos de los indios americanos, mocasines, amuletos, collares, plumajes.. . En un jardín una higuera desenrollando las hojas nuevas. Palacio arzobispal monolítico. Catedral gótica también de piedra roja, altísima, como queriendo llegar al cielo, no sé si para acercarse más a Dios o para que el creyente se sintiera una sabandija ante tanta grandeza. Vidrieras gigantes para que penetre la escasa luz exterior. Algunas de las muchas plazas a lo largo del paseo se llenan con una sola e imponente haya. A media tarde regresamos a la estación, recogemos las maletas y nos montamos en el tren rumbo a Kenzingen. A uno y otro lado praderas verdes salpicadas de setos que compiten con las nubes.

Bajamos del tren en Kenzingen. Acompañados del graznido de los cuervos que se cobijan en lo alto de los robles y los castaños nos dirigimos al hotel escoltados por los plataneros, gigantes vegetales casi mancos, que enseñan los muñones de sus brazos. La distribución de habitaciones ya está hecha. Un rato de descanso y bajamos a cenar. Después un paseo por el pueblo. Susurro del agua, silencio, sólo roto por algunas carcajadas del grupo y regreso al hotel. Mañana hay que madrugar para correr en Friburgo.

Domingo, 6 de abril de 2014.

Esperamos junto al andén de Kenzingen con un concierto de cuervos que revolotean entre las ramas más altas de cipreses, sauces, abetos y magnolios. Son las 9 de la mañana, sin sol. Ya en Freiburg, esperamos impacientes la llegada del tren que nos lleva cerca del punto de partida de la carrera. En las afueras, un inmenso complejo deportivo junto a un aeródromo. Columnas humanas, como hormigas, van confluyendo desde todas direcciones hasta ser tragadas por enormes hangares donde vamos depositando las casi 13.000 bolsas amarillas, cada una con el número correspondiente al dorsal del corredor, y donde llevamos los enseres para después de la carrera. La salida es a las 11. Nos vamos acercando a la línea de partida distribuidos en cuatro grandes columnas como de 30 cada una y a una distancia de 500 metros del punto de salida. La hora se acerca, la gente comienza a impacientarse, hace palmas, se mueve, hace flexiones y finalmente se escucha el disparo de salida, pero nadie se mueve. Pasan 20 minutos hasta que nuestra columna comienza a moverse. Hemos comenzado. Luce el sol. Se han disipado todas las nubes. Hay 20 grados de temperatura.

(Aquí se puede incorporar la crónica de la carrera que ha hecho el colega Julián, semibarbado observador silencioso cuya silueta y rastro, unos más cerca que otros, todos seguimos).

DSC_5334Recuperamos fuerzas como pudimos, sobre todo con líquidos. La cerveza corría como la espuma. Algunos nos duchamos en aquellas naves con cuerpos exhaustos, huesudos y semidesnudos que, inevitablemente, me recordaban las duchas de gaseo de seres humanos en estas mismas tierras, hoy tan hermosas, y hace 80 años tan horribles.  No me resisto a recordar este negro episodio de la historia de Europa porque tenerlo presente nos ayudará a evitar que pueda repetirse jamás, aunque Sarajevo, Ruanda y otras atrocidades, nos llevan a pensar que, como decía Hobbes, “Homo homini lupus”, el hombre es un lobo para el hombre. Algunos tomaron pasta, otros salchichas, otros dulces, mientras esperábamos que llegaran los que habían participado en la prueba más larga, los 42.195 metros del Maratón, que recuerdan la odisea de Filípides, el soldado griego que, desde aquella localidad costera donde libraron batalla contra los Persas, fue corriendo hasta Atenas, para anunciar la victoria que los libraría de su tiranía. Tuvo aliento para exclamar “Nike” (Victoria) y murió del esfuerzo sobrehumano. Reunidos todos iniciamos el largo y plácido camino de regreso para coger el tren. Pasamos por un hospital clínico en varios pabellones de medida humana situados alrededor de un amplio jardín con fuentes, plantas, árboles y bancos donde se podía ver sentados a paseantes y a pacientes con sus aparejos para llevar colgado el suero. Finalmente llegamos a la estación donde entretuvimos la espera brindando con dos botellas de cava, generosidad de Otmar. Ya en Kenzingen, nueva ducha, descanso y cena en otro restaurante que parecía antigua venta, con un gran portalón de entrada para los carruajes y un gran patio interior, con gruesas vigas de madera y balconada. Siempre cerveza, vino blanco y tinto, ensalada individual, espaguetis, albóndigas hechas de patata y abundante y tiernísima ternera. Hubo a mi lado quien se comió media vaca. Breve paseo de Juan Carlos, Pinki y yo mismo, al final sin Pinki asediado por el reflujo estomacal. Nos tomamos un gintonic para rebajar grasas y viajamos por Nueva York y el pasado.

Lunes, 7 de abril de 2014

DSC_5403A las 8 de la mañana iniciamos el esperado viaje a La Selva Negra. Nos adentramos en zonas cada vez más agrícolas, pequeños pueblos o caseríos con largas tiras de leña perfectamente amontonada para el invierno. Magnolios y cerezos en flor, campos cultivados: fresas, espárragos, viveros de plantas y flores multicolores, otras tierras en barbecho, preparadas o preparándolas para los cultivos de verano. Abetos que parecen dibujados de tanta perfección y equilibrio, sauces que no lloran junto al río, rodeados de hayas sobre cuyos muérdagos se posan los cuervos avistando el paisaje, chopos esbeltos con las hojas despertándose del largo invierno. A lo lejos, junto al lecho del río Glotter, subimos por su valle, un ciclista paseando con el perro por una senda entre el césped. Cada vez, las montañas que nos siguen a la izquierda de la carretera, van creciendo, se nos aproximan, la vegetación se nos echa encima. Troncos de chopos abrigados con la asfixiante hiedra. También por aquí, no solo en La Mancha, aunque menos, árboles metálicos con ramas que giran al viento. Hasta aquí el valle del Rhin. Casas como cabañas de cuento de hadas, cerros o laderas peinados de viñas orientadas al sur para aprovechar todos los rayos del sol. La Schwarzwald clinic, famosa clínica de la selva negra, objeto de una famosa serie de televisión, zona turística de senderismo, bicicletas de montaña, alpinismo, esquí, aparecen las primeras vacas en el prado y los primeros troncos de árbol, inmensos, apilados, tendidos junto a la carretera. Es la industria forestal. Subimos y abajo el sendero paralelo al riachuelo que, cada vez más saltarín pierde la horizontalidad y va adquiriendo la blancura de la espuma que piedras y troncos retienen. Ovejas cobijándose en la lana. Serrerías donde trabajan y distribuyen los troncos: madera para la construcción, para muebles, para calefacción. Pasamos por St. Peter, desde donde ya se ve la nieve de los picos más altos. 1493 metros el pico de Feldberg. Caballos percherones en el prado. St. Margen, donde se crían en los árboles los relojes de cuco. Granjas, granjas y más granjas, siempre separadas, y labriegos extendiendo el estiércol para fertilizar los prados. Nos vamos adentrando en La Selva Negra, años atrás bastante contaminada por la lluvia ácida. La supresión del aeropuerto militar de Bremgarten, foco de dicha lluvia, ha mejorado la calidad de la vegetación. Hayedos, robledales, castañares. Al contraste entre el clarísimo tono verde de los prados y el verde oscuro de los robledales parece obedecer el nombre de esta zona, Schwardwaldz,la Selva Negra. Cada vez es más objeto de visitas y ahora en algunas de las numerosas salas de las granjas han habilitado dependencias para el popular turismo rural. Murallas infranqueables de guardianes del bosque, los robles, unos, las piernas depiladas, otros, pobladas de ramas hasta el suelo, por el vientre, pecho y cabellera. Manadas de cuervos picoteando el grano de los sembrados. Llegamos al lago de Titisee, de alta montaña, al que se puede acceder en tren desde Friburgo. Algunos abetos, más rectos que la vertical ideal, han perdido la verticalidad tumbados por la tormenta y levantan un cerco de tierra con los pies y nos enseñan las raíces agarradas a la tierra arrancada. Llegamos al valle de los osos, antaño de verdad y ahora de peluche. Una dama con perro por el prado. Altglashütten, pueblo con cabañas de vidrio. Feldsee, el lago natural y glaciar. El más grande, el Schluchsee, embalse para producción de energía, parece el cadáver de un lago, rodeado de barcas aburridas. Después nos explican que cada diez años tienen que semivaciarlo para hacer reparaciones en la presa y ese es el motivo de su situación actual. Llegamos a la ROTHAUS, una fábrica de cerveza de 1791, a mil metros de altitud. Petra, morena teutona de ojos negros, nos ha conducido por las amplísimas instalaciones autogestionadas por los 230 trabajadores de la empresa que pertenece al municipio. Un video explicativo de la actividad en la fábrica precede a un meticuloso paseo por casi todas las instalaciones. Todos sabemos ya con más precisión que hacen cerveza de trigo o de cebada, siempre con lúpulo, del que tantas veces habíamos oído hablar pero al que muchos nunca habíamos podido ver y tocar. Le da el punto amargo a la cerveza. Al fin, ya estábamos un poco cansados de teoría, a la práctica. En una sala preparada al efecto, nuestra guía, Petra, se transformó en cantinera y tuvimos ocasión de probar todas las variedades. Aún quedaron vasos semillenos por las mesas. Hacemos una parada para ver la monumental cúpula de St. Blasien con pequeñas capillas dedicadas curiosamente a Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola. Quizá se deba a su importancia en la contrarreforma religiosa del siglo XVI en esta zona de predominio protestante. La Selva Negra se va aclarando y vamos acercándonos lentamente al valle del Rhin. Troncos atravesados, por el suelo, ya muertos, entre los árboles vivos, con musgo sobre la corteza, quizá abandonados para fertilizar el bosque, vacas blancas en el prado dormitando, algunos caminantes por un sendero, ciclistas por la carretera, y tendidos de viñas siempre hacia el mediodía y otra vez los cerezos en flor como copos de nieve en la sábana verde de hayas, olmos y abetos, ardillas, cuervos y gallinas.

IMG_3706Hacia las 3.30 de la tarde paramos en Zuzingen a comer en el restaurante Krone. Es un mesón de la familia Rüdlin, que se remonta al año 1.235. Desde la larga mesa que hay bajo el alero del tejado vemos a las gallinas en el jardín y los hermosos árboles entre los que destaca uno, desconocido, al que calculamos por su envergadura unos 150 años. Podría ser un abeto o un ciprés. Se trata, nos dice el dueño, de una imponente secuoya, plantada por él cuando era niño, y solo tiene 42 años. Algunos acabamos la comida con grappa, una especie de orujo de Centroeuropa. En el camino de regreso vemos a patrullas de hombres y mujeres agachados en la recolección de las fresas. Hacemos otra parada para dar un paseo por uno de los primeros pueblos que peatonalizaron las calles, Staufen. Inicialmente los comerciantes se alarmaron pero la medida resultó más bien un polo de atracción. Como la mayoría de los pueblos, grandes y pequeños que hemos visitado, las calles, las casas, los canales, la ausencia de contenedores de basura, la abundante vegetación, las flores, el silencio nos invitan a instalarnos aquí al menos una temporada para disfrutar de estas ventajas que tanto echamos de menos en nuestra ruidosa y polvorienta tierra. En el paseo junto al río hemos visto una cabina como de teléfono, convertida en lugar de préstamo de libros. El ciudadano abre la puerta, coge uno de los libros disponibles y deja una aportación económica. Otra vez en el autobús, donde cada uno puede estirar las piernas y usar dos o tres asientos, por la ventanilla unas plantas cultivadas con flores amarillas que recuerdan al arbusto de la retama pero que son, nos dice el bien informado Diego, plantas herbáceas de colza, en las acequias que bordean la carretera, como nenúfares, manchas de lentejuelas de agua. Incapaces nuestras retinas de captar ya más estímulos visuales y ayudados por el cansancio, vamos cerrando los párpados y arrebujándonos en los asientos intentando dilucidar qué hay de realidad y qué de sueño en este hermoso viaje que llega a su fin. De nuevo en Denzingen, descansamos un rato y vamos a celebrar la última cena juntos. Carne, pescado, ensaladas, purés y postres. Todo regado con cerveza y vinos de la tierra. Algunos, pocos, grappa. Palabras de salutación, de agradecimiento general a los hospitalarios anfitriones, brindis de despedida y elogios a esta tierra en la que no hemos encontrado nada feo, nada disonante, nada que mejorar. Se diría que, desde nuestra óptica de visitantes, hemos conocido una región idílica, una Arcadia feliz donde los pastores se recuestan junto a las ovejas, al arrullo de aguas cristalinas y a la sombra de su vegetación exuberante.

Martes, 8 de abril de 2014.

Poco después de las 3 de la madrugada comienzan a sonar los despertadores. Ya están las maletas hechas. Últimas duchas (porque, como sabéis, solo en Francia y en España se usa el bidé), últimos afeites y a la calle, aún somnolientos. A las 4 en punto subimos al autobús y siguiendo el curso del Rhin, noche oscura, llegamos al aeropuerto de Basilea a las 5.05. Pasamos la aduana, más rigurosa que en el viaje de venida, y, cobijándonos de una fina y soportable lluvia, subimos al avión que comienza a deslizarse por la pista a las 6.10, hora prevista. A las 8.20 estamos de nuevo en Alicante.

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Me he limitado a una descripción del paisaje físico que hemos disfrutado sin aventurarme en la descripción del paisaje humano que todos nosotros conformamos. Puedo asegurar que la variedad y riqueza humana no va a la zaga de la que aparece en la crónica, pero por tratarse de una empresa mucho más compleja, delicada, difícil y subjetiva, me vais a perdonar que no me meta en esa selva formada por la esbelta figura sin melena, no por eso “cabeza rapada”, verdadera ametralladora de chistes y gracejos, y su frágil dama de dientes diamantinos, o por el insaciable “George”, devorador de filetes y kilómetros, o la no muy ruidosa pareja del barbado de tres días y agudo relator de carreras, y el leonés del entrecejo oscuro, o la albina y teutónica pareja de inmejorables anfitriones o la menos teutónica por hispana gacela maratoniana, y su impenetrable y ceñudo alquilador de casas vistas al pasar, o el discreto enseñador de las virtudes del vino y del aceite con su amembrillada piedra preciosa, o la siempre sonriente con hoyuelos bajo párpados coloreados, o el silencioso y huidizo blanquirrubio, o el inefable ponedor de nombres adecuados, siempre lejos de su domadora, o el elegido a perpetuidad jefe indiscutible de la banda, o el de alocada cabellera amante de etimologías y de saber el nombre de los árboles. Perdonadme que no me aventure en esta selva. Quizá algún día, cuando me desvista con el traje de Tarzán, pueda haceros alguno a medida.

Con todo mi cariño, con toda mi alegría, sin brindis para que Andreas no simule incomodarse, levanto una vez más la copa y bebo por vosotros hasta la última gota.

José Luis Simón Cámara.
San Juan, 10 de abril de 2014

XI Maratón y Media Maratón de Freiburg (6-Abril-2014)

El día que os cuento amaneció soleado, con una temperatura agradable considerando esta latitud y la época del año. Tanto fue así que finalmente la carrera se celebró bajo un cielo raso, limpio y con una temperatura quizás excesiva para lo que esperábamos encontrar. La Freiburg Marathon 2014 fue un acontecimiento digno de grabar en la mente con tinta indeleble.

La jornada empezó con un desayuno generoso y tras un pequeño recorrido en tren nos dirigimos a la zona de competición, un centro comercial que es sede del pabellón de ferias de muestras de la ciudad, donde el día de antes recogimos dorsales y otros menesteres.

Los boxes de salida, aunque no marcados estaban bien definidos gracias la amplitud de la zona de salida y resultaba fácil situarse en la franja de tiempo previsto de carrera sin agobios ni presión.

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Una vez colocados en nuestro sitio podíamos comprobar que la organización había dispuesto prácticos abundantes para todos los gustos, es decir, 3:00, 3:30, 3:45, 4:00, 4:15, 4:30, 5:00 en maratón y 1:30, 1:45, 2:00, 2:15 en media maratón. La salida fue simultánea. Todos los corredores salimos juntos y a la vez…ese hecho provocó que los corredores de la distancia larga anduviéramos un poco aturdidos por la masificación y los diferentes ritmos que íbamos encontrándonos y resultaba un poco difícil encontrar el propio.

La carrera se dirigió enseguida al centro de la ciudad y fue entonces cuando empezamos a disfrutar de verdad. Calles concurridas, con público que animaba intensamente. El centro histórico es un escenario alucinante, casi de cuento de hadas, de calles suficientemente anchas para la carrera pero con mucho encanto. En algunos tramos el firme de pavés no hacía más que aumentar su belleza aunque ese hecho se convirtiera a la postre en un castigo para las piernas en la segunda vuelta. Segunda para los maratonianos, se entiende, pues la carrera constaba de dos casi idénticas y tras terminar la primera los esforzados de los 21 km se dirigían a meta mientras el resto continuaba con la segunda. Fue este quizás el hecho más, por así decirlo, desagradable: el haberse celebrado las dos salidas simultáneas provocó que los maratonianos quedaran en la segunda mitad de la carrera en un estado de abandono casi absoluto ya que aunque más de 11.000 corredores tomamos la salida la mayoría corrieron la media maratón. Este quizás sea el único detalle que la organización debería considerar para futuras ediciones. Por lo demás, no se puede pedir más. La carrera pronto se dirigía hacia el río cuyo cauce se recorría en paralelo un buen rato, callejeo de nuevo por la ciudad vieja y público, mucho público, por no hablar de la música que nos acompañó sin descanso gracias a las 42 bandas distribuidas en todo el recorrido que, con diferentes estilos animaban alegremente….aluuuuciiiinaaante!!!

Al final y no sin esfuerzo todos los que fuimos estuvimos aunque no estuvimos todos los que tendríamos que haber estado y todos, satisfechos, cumplimos nuestro objetivo y cómo suele decirse: “otra al saco”, pero, ojo, esta hay que ponerla en la parte superior (del saco) para que la veamos cada vez que lo abramos para meter la siguiente y por si su brillo menguara con el tiempo, nos os preocupéis, dentro de cinco años le volveremos a pasar el paño.

Licencia del cronista (ellos saben quiénes son):

Por las calles empedradas de Freiburg corrió grácilmente, casi sin esfuerzo, deslizándose por las acequias de la ciudad una Náyade que nos abría paso al ritmo de la música. Tras ella, un Chicarrón del Norte, esforzado, siempre esforzado. Un proyectil Mutxamelero de los que impactan duro y un maratoniano veterano, de los que siempre lo dan todo, de los que no fallan. Por allí pasaron Simónidas y Andreas casi de la mano, sentando cátedra, cultivando a los concurrentes mientras la suave brisa plisaba los pliegues de sus túnicas. Una gran fondista y mejor mujer, un sabio conocedor del secreto de las pócimas de la eterna juventud y su encantadora esposa que nos arropó en todo momento, una delicia. Por Freiburg anduvo también un señor peligroso pero amable, de los que dejan huella y el que os lo cuenta (yo) por contar algo y por contar contaré que también se vio por allí al presidente de un gran grupo internacional de gestión deportiva que derrocha energía por donde va y a la más amable, entrañable, cariñosa, afectuosa y atenta familia que puedes encontrar en el valle del Rhin. Por allí anduvo Martina, la culpable de todo y a la que le agradezco la culpa de todo corazón. Si sabéis contar son quince y si no sabéis también.

Julián

Enlaces sobre esta prueba

freiburg_marathon_2014 (7)

Maratón

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Julián M45 3:20:51 161 32
Diego M50 3:31:05 262 33
Martina F50 4:00:53 616 9
Juan Carlos M40 4:04:26 651 110
Jesús M55 4:41:32 926 62
Lisardo M55 4:51:19 960 68

 

Media Maratón

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Mari Paz F45 2:06:20 5015 186
Birgit F55 2:09:48 5392 59
Pepe M60 2:18:20 6144 147
Roberto M45 2:20:31 6306 822
Conchi F50 2:26:22 6576 174
Pinki M65 2:40:40 6884 62
Josele M65 2:52:00 6951 63

31st Athens Classic Marathon (10-Noviembre-2013)

Maratón de Atenas, las bodas de plata

Este año iba a celebrar mi 25 maratón y ya que a los de New York no les bastó mi marca para poder correr, ¿en cuál celebraría mis bodas de plata? En un foro de maratonianos Víctor de Zaragoza puso ¿alguien se viene a Atenas?

De siempre me ha gustado la cultura griega, son los precursores y padres del pensamiento filosófico (en el instituto fui la rarita que se leyó todo lo que escribió Platón y Aristóteles) y científico, y son los padres de los juegos olímpicos, es más fue Thales de Mileto el que escribió la frase “Νοῦς ὑγιὴς ἐν σώματι ὑγιεῖ” o como lo conocemos nosotros “Mens sana in corpore sano”, así que si unimos el pensar, la ciencia y el deporte, pues ¿por qué no ir a recorrer el maratón original a Atenas?. Me han dicho que es muy dura, pero es la 25 y el sitio lo merece así que sin pensarlo demasiado, inscripción, billetes y hotel reservado.

Día 8 de noviembre, vamos para Atenas, esta vez me acompaña mi madre que hay que celebrar el cumple, llegada y en el aeropuerto un stand de la organización en la que nos dan un abono para todos los transportes del área de Atenas, además el chico súper simpático me pregunta ¿corres tú sola? y yo sí, aun así me da dos abonos. Por la noche nos acercamos a ver el Estadio, que bonito que es.

Día 9 para la feria del corredor, que está en el Pireo, en las instalaciones que albergaron los JJOO de 2004. La feria muy bien, con bastantes cosas, y una entrega rápida, aunque un poco extraña, ya que te hacen recoger el dorsal, pasar por todos lados como si de ikea se tratara, para por fin salir y darte la camiseta, y darme cuenta que mi bolsa tiene la mitad de las cosas que las de las personas que la recogieron el día de antes. Según una chica, no muy amable, los patrocinadores son los que dan las cosas. Este detalle me parece muy muy feo, máxime cuando luego me entero que hay personas que se llevaron dos gorras o camisetas 🙁 Por la tarde paseo por el barrio de Plaka donde el Partenón nos observa…

Día 10 de noviembre, día del maratón y he dormido tirando a nada y como siempre algo me tiene que pasar; la verdad es que cuando llegué a Atenas no estaba en mi mejor momento, anímicamente el ver a Juan Enrique en el maratón de Murcia me dejó muy tocada, vi la cara mala del maratón, esa que a mí por suerte nunca me ha mostrado, y por otra físicamente tampoco, llevo un resfriado que no se me quita desde hace mucho, encima el día de antes me baja la regla, me dieron un maletazo en la rodilla mala que me la dejó morada… vamos que encontrarme no me encuentro… pero este maratón lo tengo que hacer sí o sí, por mi, por Juan Enrique y por Bruno, una personita que nos ha enseñado mucho de cómo afrontar las cosas en la vida. Así que a las 6:30 a coger el autobús a la Plaza Syntagma, frente al Parlamento. Somos 13000 personas que nos desplazamos en autobuses hasta Marathon, por lo que una gran cantidad de éstos recorren las calles atenienses a esas horas.

Yo sabía que el maratón éste era durillo, en el perfil son 32 km cuesta arriba y luego cuesta abajo, pero el autobús hace parte del recorrido y me doy cuenta que este maratón se las trae, es un continuo sube y baja, donde una parte ganan los sube y otra ganan los baja… así que como me dijo una vez Rodrigo Gavela, una cosa es lo que has entrenado y luego hay que tener en cuenta las condiciones del día y la carrera, así que paso del plan A al plan Z, sólo quiero llegar al estadio olímpico de Panathinaikó sonriendo, con los brazos en alto.

La salida en Marathon muy bien organizada, por bloques. La elite y detrás está mi cajón, cuando llevo como 20’ dentro se me acerca un chico polaco, Dariuz, y me dice ¿tú corriste Varsovia? Y yo sí, y me comenta que corrió un  rato conmigo, que hizo 3:22 y quiere bajar ese tiempo… yo le digo que esta vez llegará delante y como no me encuentro me pongo al final del cajón y allí conozco a Andrés, un chico Valenciano que afronta su primer maratón…

A las 9 en punto, al ritmo del Sirtaki versión remix dan la salida a la élite, un minuto más tarde nosotros y yo salgo muyyyyy lenta, y Andrés delante, así que me pongo a su lado para ir hablando un rato. Es curioso este maratón tiene indicado de manera permanente los Km, para que cualquier persona lo haga cuando quiera, aunque con el tráfico que hay en Atenas yo no me atrevería a correr por esa carretera. La carrera transcurre por la carretera Leof. Marathonos, vamos que es la carretera del maratón, con estatuas y poco más. Aunque vamos pasando por diferentes municipios donde sí se congregan muchos niños que han participado en una carrera de un km que se hace ese día.

De repente nos desvían hacía la playa y es ahí en el km 5 donde de verdad soy consciente que hoy no es mi día, que hace calor y que el circuito realmente se las trae, que me duele la tripa, que me molesta la cadera y la rodilla, y que no merece la pena, que llegar llegaré pero me da igual que sea en 4 horas… Así que dejo a Andrés que se vaya por delante pero nunca se va mucho así que lo vuelvo a pillar, hasta que en el km 15 decido que voy a ir al aseo, con tranquilidad salgo del aseo y pienso que no voy a correr más que despacio, km a 5:50, pero en el 16 una niña pequeña rubieta me da una rama de olivo y fue como el revulsivo, esta carrera hay que correrla no solo pasearse, que corro por más que por mí, tengo que alejar algunos fantasmas. Vuelvo a enganchar a todo los que ya había pasado, aunque no voy rápido voy adelantando a gente… El circuito constante sube y baja y desde el 18 al 25 una subida muyyyyy mala, donde gente que salió delante va andando, ufff esta carrera se las trae, más de una vez pensé “ahora entiendo porque se murió Filípides”, que encima sin asfalto, sin avituallamiento, sin nada… En el 21 engancho otra vez a Andrés y vamos juntos pasando la media en 1:41, pero creo que en el 24 o así se descuelga y ya no lo veo más… Yo hacía arriba pasito a pasito, voy bien pero sin forzar.

Y llegamos arriba de la cuesta, km 31,5 o algo así y empieza la cuesta abajo, pienso esto ya está hecho, así que me dejo ir, acelero y a partir de aquí solo hago que adelantar a gente, pero no está todo hecho, en el km 34 veo a un chico sentado totalmente blanco, me paro le pregunto si está bien, me mira con cara extrañado y me dice que sí, así que sigo… En el 36 adelanto a Dariuz le digo que se venga y me dice que esta carrera es de locos, a lo que le respondo que “de muy locos”, y sigo… y en el km 38 ya en Atenas un chico tirado en el suelo al que le han puesto una vía, eso me hace frenar pero yo voy bien así que sin perder los papeles vamos para delante, Km 40 y se pasa por la estatua de cristal del corredor y se ve el monte Likavetos, una preciosidad, km 41 ya está, pero otro corredor al que le están poniendo una vía me recuerda que no, que no está, pero a mí ya me da igual… acelero y enfilamos la carretera detrás del Parlamento y los Jardines, y aparece imponente el estadio… Una maravilla de mármol blanco con un tartan negro en el que el sonido de las personas es atronador… así que a meta… Solo por este momento merece la pena este maratón… nos hacen dar la vuelta a la pista para salir y es la primera vez en mi vida que me arrodillo y beso una pista… esta pista tiene mucho significado.

Luego voy a recoger mis cosas y a buscar a mi madre y volver para ver a Víctor entrar, y veo que la cara fea del maratón no tiene piedad, dos personas se desploman entrando al estadio, uffff… pero yo he llegado muy bien físicamente y anímicamente lo malo se quedó en el km 34… ahora a descansar aunque activamente.

El martes volvemos al estadio para verlo y recorrer su historia, y me hago la foto en el podium, pensaba que iba la 40 y al final la 18 chica y segunda de mi categoría… y bueno en estas carreras grandes no dan trofeos por categorías, pero como el podium está, me aprovecho 😉

Luego una semana de vacaciones conociendo este ciudad cuna del pensamiento, donde dioses como Zeus, Poseidón o Nike tienen sus templos, y que por desgracia han dejado caer en un abandono, que a mí me resultó muy triste.

Veinticinco maratones es mucho o poco según con quien te compares, pero lo que es mucho y con lo que me quedo es con las personas que he ido conociendo a lo largo de estos años, muchas de ellas ligadas a este deporte… Llegar a casa y ver que tengo más de 100 mensajes de felicidades, la verdad es que emociona…

Como siempre muchas gracias a los que están ahí, mi entrenador (al que llevo muy mareado) José Luis Mareca sin el que nada de esto sería posible, mi madre, familia, personas que siempre están ahí como Lita, Viky o Aless, mi fisio Noe que hace lo imposible para encontrar el hueco para dejarme las paticas preparadas, los amigos/as de compartir muchos domingos correteando de Atotrapo Juanma (sin el que estas crónicas no serían posibles), Martina, Juan Enrique, Fernando, Jesús, Jorge, Tomás, Juan Carlos, etc., los amigos/as del foro Antonio, Susana, Duquito, Lobo, Sergio, Moncho, Juan, Juanjo, Roberto, Alex, Beto, Luis, Mario, Raki, Pablo, Joslette, etc., el grupo increíble del trabajo de los que sólo corre uno pero en cambio siempre están atentos a mis correrías: Mónica, Natalia, Isabel, Leticia, José, Juanjo, Oto, Maribel, Demo, otras personas que la vida va poniendo en mi camino como Idoia, Ángela, Paco, Silvia, Raúl, Juan Carlos, Lola, etc. … bueno muchas personas que siempre, siempre están y a las que nunca podré agradecerles el que estén.

OLYMPUS DIGITAL CAMERATal y como Homero planteó en su Odisea, tanto Ulises como Telémaco deben emprender un viaje en el que lo importante no es el destino sino lo que aprenden durante el viaje, esto ha sido para mí estos 25 maratones. Creo que el maratón es una distancia atractiva por lo misteriosa que se nos hace. Hay un punto en el que nunca sabemos como va a responder el cuerpo y por muchos que lleve tengo mucho respeto a la prueba, pero ya se me ha quitado el miedo, sé que si regulo llego sin sufrir, y esto es para mí es lo fundamental, por eso nunca haré buenas marcas, pero no importa.

Como explicó Platón en su mito de la Caverna, “hay que deshacerse de las cadenas y mover los músculos que nos han dejado inmóviles y volver a contemplar el mundo de las ideas, así que poco a poco mover los músculos y descubrir las ciudades desde el interior de sus calles, donde es el día del maratón en la que todas son para nosotros. Muchas personas me han preguntado ¿te vas de vacaciones o a correr? O también ¿quién te paga esto? Pues me lo pago yo porque me encanta ver y conocer el mundo de esta forma.

Efjaristó polí o lo que es lo mismo muchas gracias por leeros el tocho que al final siempre me sale.

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Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Pili F 45-49 3:22:30 432 2