Los arribes del Duero.

El miércoles, 12 de Septiembre nos reunimos a comer un grupo de amigos para celebrar el cumpleaños de Manolo. Paco, uno de los invitados, me dijo que por la mañana del jueves salía de viaje a los Arribes del Duero. Era la primera vez que oía nombrar aquel lugar. Me pasó por la cabeza la posibilidad de ir pero pensé madurar la idea y no dije nada aunque es cierto que no es la primera vez que Paco me ha invitado a alguno de sus viajes. A lo largo de la tarde fui pensando en los pros y los contras. Hacía tiempo que no salía solo con los amigos, como hice algunos años, primero con Santi por distintos puntos de Europa y después con otros amigos para hacer el camino de Santiago. Por una parte Inma aún no ha comenzado las clases y puede dedicar más atención a Marina y los niños. Después ya será más difícil por esa razón. Si estoy en casa es evidente que mi tiempo está dedicado inevitablemente a los peques porque pasan aquí el día. Ésas son buenas razones pero había aún otra. La conveniencia de descansar algunos días una del otro y otro de una. No, no, nada de egoísmo, al contrario, puro respeto. La presencia permanente, sin descanso, de una pareja puede llegar a hacerse agobiante, puede resultar insoportable y convertir la convivencia en un infierno. No en vano decía Sartre “l´enfer c´est les autres”.

Hacia las 11 de la noche se lo digo a Inma. Le parece bien. Poco después llamo a Paco que me envía un correo con la lista de cosas que cree necesarias.

Jueves, 13 de Septiembre.
A las 9 de la mañana pasa Paco por casa a recogerme e iniciamos el viaje.

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Hacia las 7 de la tarde llegamos a Zamora y buscamos el hotel donde Paco había reservado habitación para él. No hubo problema en ampliarla porque era doble. Nos aseamos y comenzamos a dar un paseo por la calle principal, Sta Clara que nos llevó hasta el castillo y las murallas y la catedral con todos los pináculos llenos de cigüeñas. El largo paseo nos ayudó a digerir el abundante cocido madrileño que nos habíamos tomado en San Rafael, poco después de pasar el túnel de Guadarrama. Luego regresamos por un paseo junto al cauce del Tormes que se ensancha cruzado por puentes de muchísimos ojos y recalamos en la plaza mayor para tomar ya algo equivalente a la cena. Paco una tostada y yo un gintonic para disolver el cocido. Entre los paseantes que había a esa hora reconocimos a Gavino Diego, el protagonista de “El rey pasmado”, que iba acompañado de dos o tres personas y un perrito. Eso nos hizo pensar que quizá fuera de allí o que allí, en aquella ciudad tan tranquila, tenía una casa para alejarse del bullicio madrileño.

Viernes, 14 de Septiembre.
Desayunamos en un bar y tomamos rumbo al corazón de los Arribes, Fermoselle, aunque hicimos algunas paradas, la primera en Pereruela, lugar famoso por la calidad de su cerámica, donde Paco quería comprar algunas vasijas. Yo también compré algunas. La amabilísima dueña de la tienda nos dio pelos y señales de muchas de las vasijas que hacían ella y su hijo. Nos dio la impresión de que se trataba de una viuda, tenía 49 años,(la edad nos la dijo) alta y activa, por algún comentario a propósito del aprovechamiento del día a día en esta vida pasajera. Y nos sugirió que fuéramos a un restaurant en Fermoselle, aunque no le hicimos caso.

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En Fermoselle nos dimos un paseo y entramos a la Casa del Parque Arribes del Duero donde nos dieron explicaciones sobre planos y murales de toda la zona; hay además un huerto que recrea algunas de las especies de la flora del parque. Es interesante. Después entramos en los 4 bares-restaurantes que hay en la plaza y proximidades y acabamos comiendo en uno de ellos. Hacia las 3.50 fuimos a una tienda que estaba cerrada pero nos vio la anciana que debía estar detrás de los visillos y nos abrió la puerta. Había de todo: alubias, garbanzos, libros, pan, tomates, recarga de móviles, tabaco, alfileres…( si no tienes de todo, decía la señora, es como si no tuvieras de nada ).

Después nos sentamos en la terraza de un bar a la sombra de la Iglesia y nos tomamos lo que nos dijeron era típico de allí, un licor-café. No, no era café licor, como el de Alcoy, pero algo similar elaborado también de forma artesanal, de modo que cada bar elabora el suyo.

Cuando se nos pasó la pesadez de las alubias aligeradas con el licor café seguimos la ruta hasta Pinilla, pueblo minúsculo donde apenas vimos a dos o tres ancianos por la calle que nos llevó hasta el final del mismo. Allí, en una planicie de tierra aparcamos y seguimos caminando hacia lo que creíamos que sería el mirador de la Peña del Cura. Desde lo alto se veía un gran meandro del río allá abajo. El sol nos quemaba el cogote, el ambiente era limpio y puro, sin una nube que suavizara los rayos.

Desde allí seguimos a Fornillos, donde vimos 4 pilotes de granito de un metro y medio de altura con unas hendiduras a la altura de la cabeza donde sujetaban a las vacas para herrarlas y también donde moldeaban los arados. Luego pasamos por Formariz y paramos en Mámoles donde volvimos a ver el potro de los arados. Allí hablamos con un señor bastante mayor de aspecto, aunque tenía 78 años, con un perro con cadena. Él nos explicó lo del potro de los Arados y nos dijo que más adelante estaban los Lagares Rupestres. A unos 200 metros del pueblo, rodeado por una empalizada de piedra de unos 8 metros de perímetro por 1.20 de altura, hay una gran roca con dos huecos, unidos por un pequeño canal. El primer hueco, excavado en la roca es más grande y allí echaban la uva y la pisaban, discurriendo el hilillo de mosto hasta el hueco más pequeño excavado más abajo en la misma roca. Según reza en un panel, ésta era la forma en que se hacía en vino hace 6.000 años en Armenia y Georgia. Desde allí importaron la costumbre los romanos hace unos 2.000 años.

Desde allí, pasando por Fariza y Badillam, cruzamos el Duero y entramos en Portugal por Miranda do Duoro, donde Paco había reservado habitación para él pero no sabíamos si habría para mí. No hubo ningún problema. Una habitación doble con vistas al Duero y al cielo. Ya instalados en el hotel Santa Catarina nos acercamos al embarcadero para cerciorarnos de la hora de salida. A las 10 de la mañana. Luego regresamos al hotel y dimos un paseo por la ciudad vieja, muy bien conservada y parecía que abandonada. Nos llamó la atención el uso en todas las casas de granito en los dinteles de puertas y ventanas. Buscamos un bar en la dispersa ciudad nueva y allí tomamos un bocadillo con cerveza. Ya en el hotel pedimos un orujo branco seco y nos sentamos en la terraza frente al Duero al fondo y un cielo lleno de estrellas. La poca contaminación lumínica proporcionaba una visión nítida del cielo.

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Sábado, 15 de Septiembre.
Después de un abundante desayuno nos presentamos en el embarcadero donde había ya 35 ó 40 viajeros más de distintas edades, con predominio de adultos y jubilados. La guía nos advirtió del silencio que debíamos guardar a lo largo del viaje y comenzó a explicarnos las características del río, cuya profundidad alcanzaba los 180 mts. y la anchura de 150 a 200. Fuimos río arriba viendo desde paredes lisas y altísimas de granito con algunos árboles, como el enebro, incrustados en sus grietas hasta zonas de la ribera totalmente cubiertas de vegetación: encinas, fresnos, almeces, y otros arbustos. Vimos nidos de águilas perdiceras situados en los sitios más inaccesibles y protegidos de la peña, de cigüeña negra y lo más común era encontrarnos con el vuelo rasante de los cormoranes que se han adaptado al agua dulce. Mucho más arriba de los peñascos de la ribera sobrevolaban águilas reales o buitres leonados, ajenos a la minúscula embarcación que nos trasladaba. A mitad de camino nos acercamos a la orilla derecha del río y subimos por unas escaleras de madera a la ladera donde había como la recreación de una terraza en la que vivieron en otros tiempos gentes humildes de la zona. Allí cultivaban incluso cítricos, naranjos, pues la altitud media es de unos 250 ó 300 mts sobre el nivel del mar, muy por debajo de los 700 u 800 que hay en lo alto de los arribes. Por cierto, la palabra es de origen latíno “ad ripam” que evoluciona a “arribes”, junto a la ribera. Vivían en una cabaña circular de piedra, cubierta con las ramas de un arbusto impermeable, y al lado tenían otra cabaña más pequeña con una puerta muy estrecha donde alimentaban con leche a los chivitos de las cabras para impedir que se movieran y comieran hierba de modo que cuando les abrían las entrañas todo era como requesón finísimo. Los sistemas para proveerse de agua, los pasos de los contrabandistas que comerciaban con el café y el tabaco o alimentos, los puestos de control de carabineros y guardia civil, el pozo de las nutrias,etc. En la última parte del viaje pudimos salir a una zona del barco sin cristaleras y ver mejor todo.

Llegados nuevamente al embarcadero nos ofrecieron una degustación de Oporto blanco y tinto y hubo una exhibición de cetrería con búhos, buitres y águilas amaestradas. Decidimos pasar el día por la zona portuguesa, donde nos encontrábamos, seguimos el curso de la carretera pasando por Duas Igrejas, y paramos a tomar una cerveza en Sendim. Como aún era temprano para comer continuamos hasta Bemposta intentando buscar otro paso por el Duero que no nos obligara a pasar por Fermoselle, pero ese paso no existe. En Bemposta comimos una sopa, una ensalada con unos tomates riquísimos de la huerta del bar y un guiso de pescado variado. No había otra opción. Todo muy rico. Nos habían dicho que en las zonas fronterizas los portugueses hablan más español que los españoles portugués y tuvimos ocasión de comprobarlo en Bemposta pues la chica que nos atendió en el bar hablaba sin ningún acento. Claro, había vivido en Madrid algún tiempo. Desde allí nos encaminamos al único paso del Duero por la zona que roza el río Tormes y desde Fermoselle tomamos rumbo hacia Travanca por una carretera de muchas curvas y desniveles que atraviesa el Tormes pocos kilómetros antes de que se una al Duero justo en la frontera. Desde Travanca fuimos a Cabeza de Framontanos, Pereña de la Ribera, Corporario y finalmente Aldeadávila de la Ribera, donde fuimos a la oficina de Información, junto a la carretera. Allí nos indicaron algunos puntos para visitar. Nos hospedamos en el hotel rural La Jara y nos dedicamos a pasear y tomar unas cañas mientras vimos trozos de dos partidos de fútbol sucesivos del BarÇa y del Madrid y jugábamos unas partidas de billar.

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Domingo, 16 de Septiembre.
Después del desayuno nos dirigimos hacia la playa del Rostro, a unos kilómetros de Corporario, donde está el embarcadero. Llegamos hacia las 10.30 y como el barco zarpaba a las 12 tuvimos tiempo de adentrarnos por un sendero que bordeaba la margen izquierda del río desde la que veíamos una piragua perderse por los rincones y tuvimos ocasión de ver bosques de lironeros o almeces, helechos, olivos, y otras muchas variedades mediterráneas. Afortunadamente habíamos comprado la entrada al llegar porque cuando regresamos del paseo había una larga cola esperando para embarcarse. En este caso la excursión era de 11 kilómetros río abajo hasta el salto de Aldeadávila donde hay una central eléctrica que proporciona la 5ª parte de la energía de Iberdrola con un salto de casi 200 metros que mueven las turbinas. Este viaje presenta más variedad de fauna y se ve mejor aunque las especies son las mismas.

Acabado el paseo pasamos por Vitigudino, donde saboreamos “secreto” de cerdo ibérico y cochinillo con vino de los Arribes. El siguiente paso era el Parque natural de las Batuecas. Subimos hasta el monasterio de la Peña de Francia a 1728 mts. de altitud y luego pasando de largo por el hermoso pueblo de La Alberca, porque ya lo conocíamos, nos encaminamos hacia Mogarraz, del que le habían dicho a Paco que era tan hermoso y menos abarrotado de turistas. Mogarraz está a 6 kilms. de La Alberca pero una confusión del copiloto nos hizo recorrer muchos más en otra dirección hasta llegar a Mesta. Finalmente, ya casi oscuro, llegamos a Mogarraz y valió la pena. Lo que primero nos llamó la atención fue ver en la fachada de las hermosas casas unas pinturas como de foto de carnet de gran tamaño de las personas que vivían allí hacia los años 70. Un pintor originario de allí, Maillo, había ido haciéndolas en un material metálico y de gran calidad. Recorrimos el pueblo, como casi todos, solitario y finalmente, ya casi a las 9 de la noche nos dirigimos a Salamanca. Yo esperaba encontrar al cuñado de un amigo en cuyo hotel dormimos hace 20 años en la plaza mayor. Un camarero del bar que en aquella época pertenecía al hotel, ya no, me indicó que podía encontrarlo en la cervecería Gambrinus en la Rúa vieja y allí nos encaminamos. Finalmente dimos con él en la feria de Salamanca, nos invitó a un jamón de Guijuelo y poco después nos dimos un paseo nocturno por la hermosa ciudad.

Lunes, 17 de Septiembre.
Hacia las 10 de la mañana regresamos. Un café a las afueras de Salamanca y plato de jamón y queso en los bares de Chinchilla, llegamos a Alicante hacia las 7 de la tarde.

José Luis Simón
San Juan, 27 de septiembre de 2012

30th Snowdonia Marathon (27-Octubre-2012)

Pensando en aventurarnos en una carrera diferente a las acostumbradas y aprovechar así para conocer otras tierras, hace un tiempo nos decidimos a probar suerte allende los mares. Así que saltamos el canal de la mancha o “british channel” como dicen por allí y el resultado fue así de fácil: “Snowdonia Marathon 2012”, maratón considerada la mejor de UK en dos ocasiones.

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Llegado el día aterrizamos en el John Lennon International Airport de Liverpool y pillamos un coche que en un principio nos pareció defectuoso, pues no tenía volante pero resultó que no: allí siempre conduce el copiloto. Tras una jornada (en la que aún no sé quien condujo), de unos 120 kms. (o algo así porque tampoco hay puntos kilométricos, más bien “millétricos”), llegamos a Llanberis (léase Clánberis, ¡el gaélico es así!) en el norte de Gales, zona montañosa, parque nacional y antigua explotación de pizarra (¡allí todo el mundo tiene una letra excelente!), lugar de salida y retorno de la maratón.

Tras un par de días de aclimatación (salchichas, baked beans, fish and chips y cerveza) llegó el momento de la verdad.

Eran las 10.30 de la mañana hora local. El sol asomaba tímidamente tras el majestuoso monte Snowdon. El coso estaba abarrotado, con el cartel de “no hay billetes” desde hace meses y unos 2000 diestros se disponían a iniciar su paseillo. Los del tendido 7, siempre tan exigentes, estallaron el una ovación cuando aparecieron los dos espadas alicantinos (¡ Ni Esplá y Manzanares en sus mejores tiempos !).

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La faena pintaba bien, pese a que el día anterior fuimos castigados por las inclemencias (viento, granizo y bajas temperaturas).

Con el permiso de la autoridad, disparo de salida y … paisajes de ensueño, montes y praderas de un verde que hacía daño a la vista, riachuelos cuyo alegre sonido se unía a la banda sonora de la sincopada percusión de las pisadas de los corredores cuesta arriba, arriba, arriba: el primero del lote resultó mal encarado y con duro embestir. Se le mató en los medios dignamente.

Segundo. Un marmolillo de fácil manejo. Cuesta abajo, a tumba abierta. ¡Cuánto hubieran disfrutado los diestros de la escuela alicantina de A to trapo! … caminos-sendas cómodos y de velocidad con grandes pendientes.

Tercera fiera. En un constante sube-baja fuimos dando derechazos pues era lo que terciaba. Kilómetros (perdón, millas) y kilómetros rompepiernas hasta la media maratón.

Cuarto, en tierra de nadie. Un “Mihura”. Mal encastado, de los chungos, de los que tienen querencia, duro, incansable nos embestía con sus rachas de viento helado, lagos de origen glaciar, verde, verde, verde, colinas, en las gradas no se movía nadie. Y mientras templábamos al bicho pensando: “¿dónde estará el tío del mazo?, si una milla es 1609 m., 30 kms. son … ¡joer! ¿cuánto son?”. Perdidos entre sol y sombra. Estoconazo en la cruz y adelante”.

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Quinto de la tarde. Dicen que no hay quinto malo. Pues éste no lo fue. Vitorino martín de 490 kgs. (de los peligrosos). Negro zahino. Una cuesta que quitaba el sentido, allá por el kilómetro 35. Ahí es nada, por si no habíamos tenido suficiente. Allí todos los cálculos previos de tiempos de paso desaparecieron de un plumazo. Sólo quedaba sobrevivir. Subida, subida, subida. El público se agolpaba para dar ánimos. El tío del mazo no pudo subir la cuesta. Fue espectacular. Allí estaba nuestra moza de espadas Anita Grey. Encantadora propietaria de los corrales en que reposamos estos días, que en un simpático spanglish aprendido en la playa de levante de Benidorm nos animaba emocionada. Gran persona, de las que hay que conocer. Al final, pinchazo y descabello … ¡adelante!

Torrestrella. Sexto. Ligero, con bravío. Astifino. Cuesta abajo vertiginosa hacia el pueblo. Sólo me repetía mentalmente: qué afortunados hemos sido, ¡si llega a llover morimos en la enfermería de la plaza!. Bajada, bajada, bajada. Una senda encharcada sembrada de afiladas lascas de pizarra que amenazaban emergiendo del suelo.

Entrada en el pueblo. Por fin asfalto. La sensación de una faena bien hecha.

Al final, saludo en los medios, dos orejas y rabo, entrevista para la televisión local en línea de meta y admiración absoluta hacia la expedición atotrapera (¡es que la equipación mola mucho!).

Tras todo ello, una sensación de bienestar y orgullo con la única pena de no haber sido más numerosos. Nos habría gustado tanto compartir con el resto que … ¡bueno! un par de brindis no faltaron a la salud de todo el club.

A partir de ésta siempre podremos decir que “en peores plazas hemos toreado”
Saludos.

Julián

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Total llegados a meta 1531

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Julián + de 40 años 3:33:46 192 50
Lisardo + de 50 años 4:28:47 854 69

Y tuvo que ser en el 35º Chicago Marathon donde conseguí mi propio Pi

Si juntamos una de las ciudades mas bonitas de Estados Unidos con el hecho de que cuente con uno de los 5 Majors Marathons, ya tenemos todos los ingredientes para organizar un viaje a tierras yankis donde poder constatar los grandes contrastes entre el culto al deporte por parte de unos y el culto a la grasuza por parte de otros.

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Llegábamos el jueves a la Windy City para ir aclimatándonos a base de cerveza y pizza y el viernes a las 7.00 ya estaba rodando mis últimos km previos a la carrera; empezaba la fiesta con cientos de personas corriendo, saludándonos, hablando como si todos nos conociéramos y contemplando el impresionante montaje de la carrera, (superior incluso al del Iron Man de Frankfurt) mientras a escasos 1000 metros nos vigilaba el que probablemente sea el skyline mas bonito que haya visto nunca.

El sábado tocaba recoger el dorsal y alli que nos fuimos, tras un American Breakfast contundente y unos 4 km andando (para que usar un transfer si andando se está muy bien …). La feria muy grande tipo París, pero sobretodo muy participativa tanto para corredores como acompañantes y con una organización de reparto de dorsales que habría enamorado a Henry Ford.

Amanece el domingo con un frío interesante (2Cº y -2Cº de sensación térmica) y las calles de Chicago se convierten en una marea de corredores y acompañantes. Yo, bastante tranquilo, pues iba con muy bajo volumen de entrenamiento (Mark lo puede constatar), sin recuperar del todo la tendinitis y con la cadera contusionada por una caída en bici, así que el objetivo mas que claro: Bajar de 3:30, sabiendo que el dorsal y la gente me podrían ayudara llegar incluso a los 3:25

Himno USA a capela y pelos como escarpias, para continuar con el pistoletazo a ritmo de Springsteen (me estoy emocionando de recordarlo …) y en 50 segundos pasaba el arco. Recorremos todo el centro abarrotado de espectadores y empiezo con mi sesión de relaciones ya que era mi primer Marathon en solitario desde el principio y yo tengo necesidad de hablar/cantar mientras corro, así que empecé con una americana que corría su 6º Marathon durante un rato, hasta que me junté con unos mejicanos y un español que iban a 3:20 y les acompañé hasta que decidí levantar el pie ya que ese no era mi objetivo.

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Km 15 aprox y ya me notaba cansado, pero el siguiente punto mental estaba en el 20 donde Dama me estaría esperando, y efectivamente, bandera de España en mano cual Niña de La Curva allí estaba para insuflarme un poco de energía, así que besito a la suporter y chute de adrenalina hasta el km 27 donde decido ponerme algo de música porque por esos lares la gente no tenía ganas de conversación y ya salíamos del downtown, así que empiezo con “El Imperio Contrataca” de Los Nikis (muy apropiada para el momento), para pasar a “My Way” de Frank Sinatra donde ya no pude aguantar las ganas de acompañar a capela al gran Franky.

La música y la gente me estaban llevando y ni siquiera miraba el reloj (Un precioso Garmin de 5 € adquirido en los chinos 2 días antes que incluso tiene luz O_O ). Solo veía los relojes en alguna milla y sabía que la media la había pasado en 1:37, por lo que sino petaba, los 3:25 e incluso algún minuto menos estaba hecho, pero la verdad es que me daba bastante igual ya que estaba disfrutando y cantando como si fuera uno de mis entrenos matutinos por la orilla del mar.

Pasé el km 36 y el 37 no llegaba, hasta que supuse que tenía que haberlo pasado porque ya hacía tiempo del anterior, pero no … Era el km 39 el que llegaba: Y yo con estos Pelos!!!!

Miré mi Garmin y calculé que bajaba de 3:20 pero seguía sin importarme porque ya estaba disfrutando de mi próxima llegada…; Pero antes tocaba en el km 40 y el destino quiso que sonara “Love is in the air” que con los recuerdos evocadores me lanzó hasta la pancarta de 800 m To Go donde me di cuenta que podía bajar de 3:15 y batir mi mejor marca, por lo que ahora si me tocó apretar, pero no sin dejarme envolver por el calor de la gente animando y las vistas del skyline tras la línea de llegada y efectivamente … 3:14:22, y a un ritmo constante pues la segunda media la clavé en 1:37, aunque lo mas cojonudo fue hacerlo sin mirar los tiempos durante la carrera.

Mucha emoción, estiramientos, cervecita de rigor y a la ducha que el viaje continúa.

Al final un viaje que merece muy mucho la pena, tanto por la carrera como por la ciudad, limpia, elegante y bonita, y que se ha convertido en mi primer Marathon fuera de Europa de la que tuve que salir para conseguir mi propio número Pi.

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Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Nacho 35-39 03:14:22 1958 303

UTMB 2012 (31-Agosto-2012)

¡Fuerza y honor!

Vídeo de la salida

Nos hemos situado en la parte alta de la Place de l’Église, lejos del arco de salida, aun así apenas nos podemos mover de la cantidad de gente que hay entre corredores, familiares, fotógrafos, … . El cielo está muy cubierto y aunque todavía son las siete de la tarde parece que fuese más tarde. El speaker está presentando a los corredores de élite que van situándose en la primera línea de salida uno al lado del otro. En eso llega el primer corredor de la CCC, un mallorquín, que recibe los aplausos de los 2.400 corredores que estamos a punto de empezar nuestra carrera.

De vez en cuando nos miramos y nos sonreímos, nos damos alguna palmada, algún achuchón. Nos deseamos suerte mil veces. Los ojos un poco más brillantes de lo normal y el corazón que se sale. Suena “La conquista del paraíso” de Vangelis y en la pantalla gigante van apareciendo imágenes de las 9 ediciones anteriores: …, 2009, 2010, 2011, …

Los paraguas, presagio de lo que se avecinabaJesús y Antonio nos han acercado al aeropuerto. Van con sus correspondientes identificaciones de Manager y Prensa para que nadie tenga duda. Allí nos encontramos con Reme, Edu y sus nanos. Toca despedirse, los últimos abrazos de los muchos que hemos tenido en estos días de todos nuestros amigos.

El vuelo a Ginebra se hace corto y ya allí una furgoneta nos traslada a Chamonix.

¡Ya estamos en Chamonix, por fin!. Han pasado 9 meses desde que nos confirmaron que teníamos dorsal para el UTMB y estamos a sólo un día de empezar nuestra aventura. El resto de la expedición UTMB ha llegado unos días antes: Vicky, Carmen, Carlos y Esteban, “el comando Albacete”, Jorge, Alberto y José Carlos. Lo primero que hacemos tras dejar los trastos en nuestro alojamiento, el Chalet Whymper, es ver como están las predicciones meteorológicas ya que la organización nos mandó un SMS hace un par de día advirtiéndonos de que viniéramos preparados:

“TDS CCC UTMB Atención! Previsión meteorológica: lluvia, nieve a 2000 m, viento, frío. Temperaturas por debajo de -5ºC. Prever equipamiento invernal”

Parece que las previsiones se confirman pero bueno, nos hemos traído ropa de sobra y conforme se acerque el momento decidiremos lo que metemos en la mochila y lo que dejamos en la bolsa que nos llevarán a Courmayeur, a mitad de recorrido.

¡Suerte para todos!Por la tarde nos acercamos a recoger los dorsales y empiezas a darte cuenta de la dimensión de esta prueba. Hay cola pero avanzamos rápido por las distintas estaciones: comprobación de identidad, revisión del material obligatorio, recogida de dorsal y a alguno le toca pasar el control antidoping. Después una vuelta por la feria del corredor donde, aparte de las marcas patrocinadoras y del mundo del trail, te encuentras stands de organizadores de carreras de todo el mundo. Coincidimos allí con Bea y Miguel Ángel que también hará el UTMB.

El parte meteorológico de la tarde pone las cosas peor: la cota de nieve baja a 1.700 m, vientos de 50-60 km/h y sensación térmica de -10ºC. Ahora ya nos asaltan las dudas sobre si llevamos suficiente ropa, ¿se nos congelarán los pies?, ¿serán suficientes las mallas que llevo?. Las tiendas de trail hacen el agosto y nunca mejor dicho. En una de ellas nos encontramos al resto de la expedición haciendo compras de última hora. En estos casos y dado que la organización no da información, la rumorología hace su aparición, “tres metros de nieve en los collados más altos”, “están retirando a los corredores de la TDS”. Nada de eso se confirma. Compartimos cena y nervios con el grupo UTMB de Alicante. Brindamos por nuestra suerte y quedamos para vernos al día siguiente.

El viernes aparece también lloviznando y las montañas más cercanas a Chamonix se han cubierto de nieve. Empieza a correr el rumor de que la carrera podría suspenderse como ya ocurrió en 2010 pero por otra parte sabemos que los de la CCC, que comparten la mitad del recorrido del UTMB, han tomado la salida a las 10am y pensamos que si la cosa estuviera muy mal no los hubieran dejado salir. Pero a las 12:30 nos entra este SMS de la organización:

“UTMB salida por las 19h-muy. Condiciones meteorologicas sobre los pasos de montaña. Nuevo traçado 100km sobre Francia unicamente. Mas info ultratrailmb.com” (sic)

…, 2012 y ¡empieza nuestro UTMB!. Las calles de Chamonix están abarrotadas y ves a la gente gritar y aplaudir pero es como si no oyeras nada, piensas en grabarte bien este momento, en saborear estos primeros metros. Apenas podemos avanzar pero ¿quién tiene prisa?.

La noticia nos cae como un mazazo y se nos vienen a la cabeza los sacrificios de estos meses que ahora nos parecen que no han servido para nada. La decepción es tan grande que olvidamos que en 6 horas tenemos que hacer una carrera de 100 km y 6.000 m+ de la que casi no tenemos información. Mientras están llegando algunos corredores de la TDS, van hasta arriba de barro, cansados después de 30 horas de travesía pero sus caras reflejan la alegría de ver que han conseguido el objetivo para el que se habían preparado. Nos entran unos cuantos whatsapp y SMS de ánimo, en el FB todos son mensajes de apoyo. Con la moral por los suelos tenemos que cambiar el chip, olvidarnos del UTMB y pensar en como afrontar esta nueva carrera. Ya no nos permiten dejar una bolsa en mitad del recorrido así que lo que necesitemos lo tendremos que llevar encima. Hay que averiguar el recorrido, los tiempos de paso, preparar de nuevo las mochilas, hacer un pequeño plan de la carrera. Nos vamos cada uno a nuestros hoteles y quedamos en vernos en las escaleras de la Place de l’Église a las 18:30.

Foto de Flash-Sport

Foto de Flash-Sport

Salimos de Chamonix. Los primeros 40 km coinciden más o menos con la primera parte del UTMB, vamos hacia el sur en dirección a Les Houches, ahí empezamos la primera de las subidas un +800 que hacemos a buen ritmo bajo una lluvia persistente. La bajada nos lleva hasta Saint Gervais, km 21. A esas alturas nuestro grupo ya se ha desperdigado y es que de noche y con tantos corredores es fácil perderse de vista, sobre todo en estos primeros avituallamientos donde hay muchísima gente. En Contamines, km 30, tenemos punto de control que pasamos holgadamente. Aquí hay que aprovechar para abrigarse pues empieza una subida constante hasta una de las partes más altas de todo el recorrido. Conforme vamos ascendiendo va apareciendo la nieve, unos 5-10 cm. En La Balme, km 40, la gente se para a calentarse en las hogueras que ha encendido la organización. Es la parte más al sur del trazado de la carrera. Aquí ya giramos y por otra ruta volvemos a Contamines. Ya hemos cubierto la mitad del recorrido y del desnivel previsto. En ese avituallamiento nos reagrupamos. Son las 5 am y llevamos dos horas de margen sobre los tiempos de corte.

Nos amanece en la subida a Bellevue, km 67, por fin podemos disfrutar del paisaje. Las nubes cubren el valle y por encima de ellas las montañas están nevadas … . En el avituallamiento casi no nos detenemos, una barrita y una cocacola y para abajo. Menudo barrizal, bajamos medio corriendo y medio esquiando y los menos hábiles terminamos rebozados y con el orgullo herido. Llegamos a Les Houches donde el avituallamiento está a tope porque allí se puede recibir asistencia externa y muchos corredores aprovechan para ponerse ropa y zapatillas secas que les han acercado familiares o acompañantes.

Vídeo de la llegada

Vídeo de la llegada

La siguiente etapa se hace larga y aburrida, 14 km y +900 que hacemos la mayor parte por asfalto. A Les Tines llegamos agrupados Jorge, Miguel Ángel, Alberto, José Carlos y yo. Nos quedan dos etapas y una tachuela de +600, interminable para desesperación de muchos. Chano chano llegamos a Argentière, último avituallamiento, 10 km hasta meta.

Conforme vamos entrando en Chamonix nos vamos acelerando y el último kilómetro lo hacemos como unos campeones, palmeando manos y saludando a los que nos aplauden. Última curva y ya vemos el arco de meta, la escena que tantas veces hemos imaginado.

Mientras cenamos comentamos los momentos de la carrera, las anécdotas, los tramos más duros. Estamos contentos pues todos los del grupo UTMB hemos terminado. No podemos evitar hacer elucubraciones sobre como nos hubiera ido si el recorrido hubiera sido el previsto. Imposible saber. Éste ha sido nuestro UTMB y con eso nos quedamos.

Pero nos quedamos también con todo el camino que recorrimos para llegar hasta aquí. Hubo momentos malos como cuando Jesús nos anunció que se tenía que operar del pie y que no podría acompañarnos. Durante estos meses siempre nos estuvo animando en nuestro objetivo. Gracias Presi.

Y nos quedamos con todas las muestras de cariño que hemos recibido en todo este tiempo. Los últimos días han sido increíbles: abrazos, correos, llamadas de teléfono, el seguimiento por Facebook, … . Gracias a todos de corazón.

Gracias Eduardo, Juanjo y Jorge por todos estos momentos que hemos compartido.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Juanma V2 H 22:18:50 1453 228
Jorge SE H 22:18:52 1454 523
Edu SE H 22:30:35 1496 534
Juanjo SE H 23:03:04 1646 565

Este track ha sido publicado por Kako en Wikiloc.
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El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.

III Marathon de l’Île Maurice (15-Julio-2012)

Después de los fenómenos de los que me veo rodeado, tíos que se hacen ultras de más 100 kms por montañas imposibles, ironmanes varios, etc., casi parece que un maratón vendría a ser una tirada larga, pero, macho, a mi aún me parece un mundo.

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La idea de correr en el otro lado del planeta me vino en el maratón de Valencia. Allí teníamos el stand que Mauritius Marathon tenía en la feria del corredor. Entre ofertas varias, Atenas, Roma, más cercanas, estaba un destino exótico, de esos países que hay que mirar en el mapamundi para ubicarlos. Además las fechas eran las ideales, porque en julio 2012 hacíamos 15 años de casados, y parafraseando a Celtas Cortos, en vez de “haz turismo invadiendo un país”, siempre he preferido “haz turismo corriendo como una perdiz”.

Vamos a ponernos en situación: Mauricio es una isla enfrente de Madagascar, en el océano Indico, descubierta por portugueses, y colonizada por holandeses, franceses e ingleses, de los que consigue su independencia en los 50. Hogar del extinto pájaro dodo, es un país la mar de curioso, 60% de hindúes, 30% de origen africano y 10% de malgaches y diversas combinaciones, que hablan francés, inglés y creole, o sea francés del que no se entiende ná.

Tras un viaje de un día aterrizamos; un par de días de reposo activo, y pillo el dorsal. Primera sorpresa, se recogen los dorsales en un resort, somos 4 gatos, yo el único español, y por allí pululando Fauja Sigh. ¿qué quién es éste? 101 años le contemplan, corredor activo de maratones, flaco como una caña, va a participar en los 10 kms. Ya me imagino a Jesús con esa edad, con la peluca amarilla y las zapatillas puestas.

Entre los participantes, 78 para el maratón, pero hay también hay gente para la media, los 10 km, carreras para niños. Los tipos que participan son de los que tienen más escamas que un lagarto, gente supercuriosa, asiduos a maratones diferentes, Honolulú, Jamaica, Singapur,…

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Y llega el gran día!! Dos horas de diferencia horaria, el maratón comienza a las 6:30 y estoy en el otro lado de la isla. Me voy con Raj, el taxista que nos llevará arriba y abajo estos días, con más sueño del que he tenido nunca. En la salida aún es de noche, pero al comienzo ya amanece, maravilla!!!

Salimos de una playa, vamos por una urbanización privada y de ahí a carretera. Oye, que no han cortado el tráfico!!, me recuerda más a una etapa del Mehro que a una maratón. Sube y baja, pero voy bien, con un grupito del que se van descolgando algunos, vamos alcanzando a los de alante, sube baja, playas de postal, pueblo, más playas de postal, pueblos tranquilos, rastas varios, y llego a la media en 1:43, tranquilo, y ya soliplás, el grupo se ha desmoronado.

Quedan 12 kms a meta y costalón del copón, en los avituallamientos me comienzo a demorar un poco más de tiempo, queda menos, pero es que a mi ya no me queda nada.

Aún paso a alguno que va peor que yo, pero a falta de 2 kms, en el último avituallamiento, con cuesta, me parece que me falta un mundo, ya bajo el ritmo bastante, pero me concentro, y me digo que sólo me queda una serie, el problema es que llevo meses sin hacer series y no me queda ná. Sólo cuando me quedan 500 metros y veo la pancarta, me acuerdo de que va esto, y apreto con lo me queda. Qué pena!! si hubiera apretado un poco antes, hubiera pillado a los 2 zánganos de alante.

Uff, nadie conocido (a esas horas quién va a venir,…). Sólo Raj, tiene cojon,…s
Acabo cansado, pero sin agujetas al día siguiente, el todo incluido es lo que tiene,…

Conclusión, experiencia alucinante y maravillosa, de la que espero pueda repetir algún día, a lo mejor a los 20 ó 25 años de casados,…, ¡quién sabe!

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Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
David Vétéran 1 3:42:48 11 7