Estamos en la puerta del Ayuntamiento de Kenzingen. En nuestro tercer día de estancia, Birgit y Otmar nos han concertado una recepción con el alcalde. Ya antes de nuestra partida, la prensa local se hacía eco de nuestro viaje y esta visita estaba programada con antelación.
El alcalde de la ciudad nos recibe en el salón de plenos. Nos da la bienvenida y en un breve discurso nos habla de la historia de Kenzingen, de su situación actual y de sus prioridades: la educación de los jóvenes y prepararse para dar servicios a una población con mayor proporción de personas de edad. También nos comentó la “lucha” que tiene en pie a toda la población para evitar que el proyecto del nuevo corredor ferroviario Norte-Sur pase por Kenzingen pues supondría una pérdida de calidad de vida.
Enterado por Otmar de que en nuestro grupo hay dos representantes del Ajuntament de Sant Joan de Alicante les obsequia con unos libros con información de Kenzingen. A su vez Maribel y José Luis le hacen entrega de un recuerdo de parte de su alcalde así como información sobre las fiestas y la gastronomía de Sant Joan.
Jesús toma la palabra para presentar al grupo y agradecer las palabras de bienvenida del alcalde. En nombre de todos le regala la gorra de la expedición, una figurita de cerámica de “A to trapo” y una camiseta XXL de nuestro club. Jesús ya había preguntado a Otmar y Birgit por la talla del alcalde, aún así le dice que no quite la etiqueta por si no le viene bien y tiene que venir a Sant Joan a cambiarla.
Para terminar nos hacemos una foto de grupo en la puerta del Ayuntamiento y nos despedimos.
Después de la recepción iniciamos la excursión que teníamos prevista por La Selva Negra. Nuestra primera etapa es una visita a Staufen, la ciudad donde se supone que murió Fausto. Allí compramos unos típicos aguardientes de cereza y visitamos el centro de la villa.
Tras dejar Staufen empezamos la ruta por el Valle de Münstertal. Martina nos va comentando detalles de aquella zona tan familiar para ella y Birgit pues de allí proceden así como su familia.
Nos vamos adentrando en La Selva Negra así llamada por el color de un tipo de abetos de hojas más oscuras pero también por el temor que antiguamente causaba a los lugareños que la imaginaban llena, en su oscura espesura, de espíritus malignos.
Hacemos una parada cerca de Feldberg y desde allí iniciamos a pie una excursión por en medio del bosque nevado. Los árboles son muy altos y están muy juntos. El paisaje es impresionante, difícil de describir. Vamos todos un poco boquiabiertos, los españoles se entiende, sacando fotos a diestro y siniestro aún sabiendo que no podremos captar lo que estamos viendo. La excursión es fantástica pero al final de ella nos espera una sorpresa. En medio de toda esa nieve nos encontramos con una casa típica. Es ahí donde vamos a comer en medio de La Selva Negra. Raimartihof es también una casa de huéspedes fundada hace 300 años. Sigue leyendo →